Javier Villagarcía. Sendai (Japón), 20 ago (EFE).- La comodidad con la que se resolvió el encuentro desde los primeros minutos, le sirvió al técnico albiceleste, Sergio Hernández, para dar minutos a todos los jugadores del banquillo y al mismo tiempo seguir entrenando diferentes sistemas de defensa. En un torneo donde se juega prácticamente todos los días, con apenas días de descanso, el partido contra el Líbano le vino a la selección sudamericana de perlas. Los campeones olímpicos y subcampeones del mundo son firmes favoritos para subirse a lo más alto del podio en Japón y ayer ya lo demostraron al vencer a una Francia dotada de un gran potencial, con 4 jugadores en la NBA. El choque contra los franceses, medalla de bronce en el último europeo, llenó de confianza a los jugadores que llegaron al Mundial cargados de dudas. Los partidos de preparación les habían dejado un regusto amargo por las dos derrotas ante España y una última contra Serbia y Montenegro. Después de demostrar ante Francia que siguen contando con la misma intensidad defensiva y la capacidad ofensiva que les condujo a las finales de Atenas e Indianápolis, el compromiso ante el Líbano se presentaba como un mero trámite. El partido duró seis minutos, el tiempo que tardó Argentina en escaparse en el marcador (7-19). Scola y Oberto no encontraban oposición en la pintura, mientras que Ginobili y Nocioni se paseaban bajo la batuta de Sánchez. El quinteto titular de la albiceleste demostró estar a años luz del libanés, compuesto enteramente por jugadores que militan en su liga nacional. El seleccionador del Líbano, Paul Coulther, trató de evitar la sangría inicial con dos tiempos muertos casi seguidos, pero no pudo evitar que el partido se le escapara. Su estrella, El Khatib, tardó 17 minutos en estrenar su casillero, cuando ya estaba todo vendido. La superioridad era tal que Hernández puso en pista a Leonardo Gutiérrez, que la víspera no había disputado ningún minuto y cuenta con escasas opciones de jugar en los partidos importantes. Prigioni, que tuvo una desafortunada actuación en el debut argentino, pudo jugar más relajado e ir cogiendo confianza. El base del TAU Cerámica cerró el primer cuarto con un triple sobre la bocina (29-9). Con el partido ya decidido, Argentina relajó la defensa y permitió que el combinado libanés anotara con más facilidad. El Khatib, que le metió ayer a Venezuela 35 puntos, entró en calor y puso su maquinaria en marcha. Hasta el punto que Líbano se impuso en el cuarto por dos puntos. Algo nada serio. Tras el descanso, "la oveja" Hernández volvió a poner en pista a sus pesos pesados y dispararon la diferencia. El infatigable Nocioni abrió la segunda parte con un triple que fue secundado por tres canastas de manera consecutiva de Scola que llevaron a Argentina a superar los treinta puntos de diferencia (35-69, min. 26). Ya fuera de peligro, Hernández volvió a rotar el banquillo y dejó que sus jugadores se divirtieran. Uno de los que más aprovechó los minutos fue Walter Herrmann. El alero del Unicaja de Malága finalizó como el máximo anotador (23 puntos) al mostrarse imponente desde el perímetro y convertir 6 triples de sus 8 intentos. 107 - Argentina (29+21+30+27): Sánchez (6), Nocioni (7), Scola (18), Ginobili (7), Oberto (12) -cinco inicial-, Prigioni (4), Farabello (2), Gutierrez (2), Delfino (14), Fernández (5), Herrmann (23), Wolkowisky (7) 72 - Líbano (9+23+19+21): Abdel Nour (9), Samaha (3), Vogel (5), Balaa (-), El Khatib (10) -cinco inicial-, Tawbe (7), Fahed (18), Beshara (8), El Turk (2) Mahmoud (-), Khoury (5) y Fakhreddine (5). Arbitros: Abdelliha (MAR), Virginijus Dodidavicius (LTU) y Nobuyasu Aibara (JPN). Incidencias: encuentro del Grupo A correspondiente a la segunda jornada del Mundial de Baloncesto disputado en el Sendai City Gymnasium, en la ciudad de Sendai (norte de Japón), ante unos 3.000 espectadores.