El Principado de Andorra respira baloncesto gracias al crecimiento de un equipo lanzado desde la llegada de Joan Peñarroya a su banquillo. Fiel creyente en su equipo, el técnico catalán espera que a la tercera llegue la vencida conquistando una Copa Príncipe que levantara ya como jugador con el Ourense Baloncesto (1999/00).
PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Mi equipo se merece jugar la final... "En primer lugar porque la clasificación de la primera vuelta así lo dice y en segundo porque creo que hemos estado a un buen nivel durante la primera vuelta fruto de la confianza que nos dieron nuestras primeras victorias para que el equipo trabajase de una manera excepcional. Nuestra afición nunca nos ha dejado de lado durante estos meses y por eso ellos también se merecen vivir un acontecimiento como este".
El mejor momento de la primera vuelta ha sido... "Sin lugar a duda los tres primeros partidos de Liga que nos sirvieron para descubrir que podíamos competir contra cualquier rival a base de unión y sacrificio. Por aquel entonces nos dimos cuenta de que con eso podíamos llegar a ganar a cualquiera acercándonos muy pronto a la salvación".
El peor momento de la primera vuelta ha sido... "La lesión de nuestro base Thomas Schreiner en un momento de dificultad trastocando nuestros planes pero el equipo demostró nuevamente que estaba unido y que podía salir adelante".
Las mejores armas de mi equipo de cara a la final son... "Las mismas que hemos exhibido durante la temporada: estar unidos, ser ambiciosos y mantener la ilusión sin perder el respeto a un Ford Burgos con un gran entrenador y con la que probablemente sea la mejor plantilla de la liga. El factor cancha está a su favor pero nosotros no perdemos la ilusión y vamos a creer en nuestras posibilidades porque tenemos muchos argumentos para competir".
Lo que más me preocupa de Ford Burgos es... "Que estamos ante un equipo más experto a todos los niveles con un buen número de jugadores capaces de dominar esos momentos en los que se deciden los partidos. En conjunto son un bloque con un juego fluido y una defensa muy sólida con una rotación que les hace competitivos durante los 40 minutos”.
El jugar en la cancha de nuestro rival... "Tiene que ser una motivación porque a todos nos gusta jugar canchas calientes y con mucha gente. De no poder jugar la final en nuestra cancha creo que no hay nada mejor que disputarla en una cancha como la de El Plantío y ante una afición entusiasta que entiende tanto de baloncesto. Trataremos de disfrutar del ambiente sin que llegue a afectarnos, nos gusta el reto y sabemos que nos hará competitivos".
De las finales perdidas hemos aprendido que... "Hay que preparar a fondo este tipo de partidos, dejando un poco al margen lo que es la liga y sin llegar a cambiar lo más mínimo nuestra forma de afrontar los partidos. Siempre he sido de los que creen que lo importante de las finales es ganarlas pero para nosotros ya es un premio el haber podido llegar a ella".