Lo que nadie puede reprochar a esta selección es su competitividad. Ante el, posiblemente, mejor equipo del grupo, España salió con gran intensidad y moviendo el balón con rapidez consiguió ponerse por delante en el marcador (10-2). El primer tiempo fue un choque de poder a poder con un segundo cuarto en el que los triples de Blanca Marcos y el buen partido de Silvia Domínguez y, sobre todo, Anna Cruz, dejaba a las de Albert por delante en el marcador (32-35) al llegar al descanso aunque comenzaban ya los problemas para cerrar el rebote defensivo. Tras pasar por los vestuarios el partido cambió. China se colocó en una defensa zonal que bloqueó a las nuestras y que provocó que las orientales se fueran en el marcador. Los rebotes caían siempre en las manos de las pívots chinas, más grandes y potentes, y la superioridad física se fue reflejando en el marcador. España probó diferentes defensas e intentó remontar el partido con ganas pero con las fuerzas más mermadas. Derrota, en teoría, previsible, que deja a las de Albert en su recta final para conseguir los cuartos, con los siguientes tres partidos ante rivales más asequibles. España 66: Cruz (17), Domínguez (12), Marcos (10), Germán (8), A. Gómez (6), Gimeno (4), S Gómez (4), García (3), Company (2) R.P. China 85: Zhang (20), Bian (18), Guan (16), Liu (14), Wu (9), Yang (5), Lu (3)