En el Mini 2016 las mujeres se han empezado hacer un hueco en el baloncesto masculino. Mónica Rodríguez es la entrenadora de la selección masculina de Melilla y Macarena Berruezo es ayudante en el banquillo de Ceuta. Ambas son las únicas dos mujeres que hay en los banquillos de los equipos de chicos en este Campeonato.
ADRIANO CORREAL / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
“El baloncesto es mi pasión. Tiene efectos parecidos a los de una droga y si te engancha es difícil que puedas pararlo”, nos empieza a explicar Mónica Rodríguez, entrenadora de Melilla. Ella disfruta como nadie de este deporte tanto jugando como entrenando en el equipo del colegio Enrique Soler.
“Me siento muy cómoda entrenando a chicos y me gusta. Ellos no ponen barreras a que no les dirija por ser mujer ni les resulta raro. La mujer está entrando en el deporte a pasos agigantados”. Mónica también nos destaca la proeza de Melilla para poder formar un equipo en estos campeonatos. “Hay que tener en cuenta que los entrenadores que están aquí tienen entre 1000 a 5000 licencias de minibasket para seleccionar a 12 niños y nosotros lo hacemos entre 40. Para nosotros el venir a este campeonato ya es como ganar un título. Los jugadores llevan soñando con disputar este torneo los últimos meses”. Para ella es el segundo Campeonato de España de Mini ya que el año pasado también vino como entrenadora de Melilla.
Pero Mónica Rodríguez no es la única entrenadora que se sienta en un banquillo de chicos en el Mini 2016. También está Macarena Berruezo como ayudante en Ceuta, aunque ejerce de primera entrenadora durante muchos momentos en los partidos. Vive este deporte como pocas personas y no parar de corregir a las suyas durante los encuentros. No se está quieta en ningún momento en los partidos. “Levó un vida dedicada al baloncesto, primero jugando, después arbitrando y ya por último entrenando. Siempre he entrenado chicos desde que empecé mi carrera en los banquillos a los 15 años. Estoy más a gusto en un equipo masculino”.
Macarena Berruezo entrena en el Centro Inmaculada, que es un club pequeño de Ceuta. “Lo que más me gusta de entrenar es ver a los niños disfrutar y más en un Campeonato como este, que para nosotros jugarlo es una oportunidad única. Nosotros venimos de una competición muy pequeña que es muy diferente a esta. El jugar aquí les está sirviendo de experiencia y aprendizaje a los jugadores”.
Los jugadores de Ceuta acaban de perder ante Aragón el primer partido pero a los jugadores no se les quita la sonrisa de la cara por poder jugar este campeonato Mini. “Verlos contentos es lo que más te llena como entrenador. Yo llevo desde principio de temporada concienciando a los jugadores de que aprovechen esta oportunidad de disputar un campeonato de España. Hay mucho nivel en este Mini y muchos de estos jugadores serán profesionales en el futuro”, finaliza Macarena Berruezo.
Este es un ejemplo más del cambio de la mujer en la sociedad y en la gestión del deporte. Uno de los apartados que incluye el programa Universo Mujer de La Copa del Mundo Femenina 2018.
En la Selección Femenina de baloncesto se demuestra que el baloncesto femenino se encuentra en un gran momento. Tras los Juegos Olímpicos de Londres se ha encadenado un oro europeo (2013), una plata mundial (2014) y un bronce continental (2015), que otorgó el pase al Preolímpico de Nantes, el próximo reto del baloncesto femenino español.