Primera lección en pista, con jugadores, con balón, con el ambiente propio de una pista de baloncesto. De la teoría a la práctica de la mano del Seleccionador Nacional Absoluto, Juan Orenga, estrella de nuestro deporte desde la normalidad.
MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Que Juan Orenga sabe mucho de baloncesto está fuera de dudas. Pero que además es un auténtico especialista en el oficio del pivot, una evidencia. Durante décadas se ganó la vida en esa zona reservada a los más fuertes y… a los más listos y ese conocimiento le sirvió para posteriormente transmitirlo a los jugadores jóvenes, a los no tan jóvenes, a muchos técnicos y durante un par de horas en La Laguna, a los 136 aspirantes a entrenadores superiores.
Nada mejor que un exjugador de élite convertido en entrenador para identificar aquellos detalles fundamentales que a los entrenadores, con muchos conocimientos teóricos pero menos experiencia práctica, pueden pasarle desapercibidos. El alumnado del CES recibió durante dos horas una serie de consejos a transmitir a sus respectivos jugadores y jugadoras destinados a ser pivots. Todo un muestrario de acciones, antes de recibir o una vez recibido el balón, defendiendo y atacando el bloqueo directo, superando la adversidad de tenerse que fajar con un rival más grande o identificando cuales pueden ser las ventajas en cada momento.
Orenga marcó una serie de pautas esenciales como el saber recibir - ¿cómo podemos enseñar nada si nuestros jugadores no saben ganar la posición en ataque? - , el saber mirar o, sin el balón, el saber “esconderse” o engañar al adversario. Una lección para pivots o para entrenadores que deberán instruir a los pivots de sus equipos que, desde esa primera clase, tienen algún argumento más que poder explicar a sus jugadores, los verdaderos beneficiados de este Curso Superior que no ha hecho más que empezar.