PABLO ROMERO / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Un 6 de junio de hace tan sólo un año, el Menorca Básquet se subía al avión para emprender viaje a la Ciudad Autónoma de Melilla. Apenas tres días después, la cancha del Javier Imbroda sería testigo del ascenso de un equipo que festejaba sobre pista una promoción deportiva que no llegaría a materializarse en los despachos echando por tierra el trabajo de todo un año.

El destino quiso que cuatro de aquellos jugadores se volvieran a encontrar un año más tarde en una final que se decidirá mañana sobre la cancha del Poliesportiu y que, en esta ocasión, dará una nueva oportunidad tan sólo a dos de ellos. Romà Bas y Taylor Coppenrath con el Lucentum o Marc Blanch y Dani Pérez con el River Andorra volverán a soñar con la posibilidad de asaltar una Liga Endesa que, esta vez, no quieren dejar escapar.

Las ilusiones de Romà y Taylor viajan en autobús:

El reloj marca la media noche en el Centro de Tecnificación de Alicante. La habitual tranquilidad que acompaña durante la noche a la zona deportiva de la ciudad se ve perturbada por unos gritos de aliento que comienzan a crecer en intensidad a medida que un grupo de aficionados avanza a lo largo de la cuesta de acceso al pabellón.

La plantilla del Lucentum recibe el cariño de sus aficionados junto al autobús que les llevará hasta Andorra para la disputa del quinto encuentro pero, con el cierre de puertas, la expedición comienza un viaje de casi 9 horas en el que el silencio se apoderará de su medio de transporte. Tratando de conciliar el sueño, la veintena de integrantes fantasea con el desarrollo de un encuentro que podría llevarles a la ACB dando forma a diversas historias personales. Una de las más destacadas es la de un Romà Bas que disputa su segunda final consecutiva y que, a sus 30 años, mantiene intacta la ilusión que le ha acompañado durante toda su carrera.

Nada más sentarse en su asiento, el alero alicantino nos muestra su satisfacción con una temporada para la que busca el broche perfecto: "Para mí, el haber llegado hasta aquí es ya una satisfacción inmensa, si ya lo es jugar una final, imagínate dos consecutivas... Todo esto es una satisfacción, un premio a muchos años de trabajo que me han permitido disfrutar del baloncesto y que me han llevado a vivir dos años únicos".

La posibilidad de alcanzar la ACB con el equipo de su tierra atrae aún más a un jugador que tiene claro qué debe hacer su equipo para poder lograr su objetivo personal por segundo año consecutivo: "Una vez recuperados y ya olvidado el partido del domingo hemos trabajado durante el comienzo de la semana con el único deseo de que llegase el jueves cuanto antes. Sabemos que hemos dejado pasar una gran oportunidad pero nuestro trabajo durante la serie nos ha permitido contar con una segunda en apenas cinco días. Estamos deseando saltar ya a la cancha para demostrar que podemos hacer las cosas bien con un partido muy serio que nos lleve a mantener las opciones durante los 40 minutos".

Apenas unos asientos más atrás se sitúa su compañero Taylor Coppenrath, uno de los referentes de la competición en su historia reciente y todo un seguro a la hora de conquistar ascensos. Suyos han sido 4 de los últimos 5 y, en esta ocasión podría certificar el tercero de manera consecutiva.

El ala-pívot norteamericano sabe muy bien qué hacer en los encuentros decisivos tal y como demuestra una experiencia con la que pretende llegar este mismo año a la ACB y que le llevaba a confiar en sus posibilidades ya a comienzos de temporada cuando confesaba en FEB.es unos deseos de futuro que están a punto de cumplirse: “Alicante es un sitio en el que me hicieron sentir muy bien en mi primera etapa y por eso decidí volver. Eso me ha ayudado a adaptarme más rápido ya que conozco tanto a la ciudad como a un club en el que me he encontrado con un entrenador al que ya conocía de la temporada anterior y con varios jugadores con los que ya había compartido equipo. Algunos pueden pensar que tenemos un equipo viejo pero lo que hay que valorar es la experiencia de cada uno de nosotros, algo que nos va a aportar mucho, especialmente cuando lleguen los momentos difíciles de la temporada”.

Marc y Dani, esperan en Andorra:

En esta ocasión la historia será un tanto diferente para Marc Blanch y Dani Pérez quienes afrontarán el encuentro decisivo en el pabellón que les ha acogido como locales durante toda la temporada. Ambos jugadores esperan ya en su feudo una nueva visita de sus ex compañeros y amigos a los que saben que deben derrotar si quieren certificar su sueño.

La confianza y seguridad de ambos es una de las principales armas de un River Andorra que ha bailado durante toda la temporada al ritmo de un Marc Blanch pletórico. Tras pasar de manera temporal por Estudiantes, el exterior catalán persigue un regreso que se escapara, muy a su pesar un año atrás y con el que espera encontrarse mañana mismo: “A nivel personal no hay ninguna duda de que quiero volver a tener la oportunidad de estar en la Liga Endesa. Después de no poder disputar muchos minutos en el Estudiantes y de un ascenso que no llegó a tal en Menorca, espero encontrar una recompensa al trabajo de todos estos años con un equipo que ha hecho un gran recorrido en la Adecco Oro y que se merece este premio más que nadie”.

Tal y como suele indicar su técnico, Joan Peñarroya, Blanch incide en el mensaje que les ha llevado a disputar los encuentros más importantes de la temporada, la fidelidad a un estilo que ha vuelto a situar al River Andorra en el mapa del baloncesto: “Aunque pueda sonar a tópico, afrontamos este encuentro como uno más pero con la única diferencia de que, en esta ocasión, la recompensa puede ser muy grande. No hemos comentado nada diferente a otras ocasiones, sabemos que tenemos que ser nosotros mismos y darlo todo en estos 40 minutos para poder hacernos con el triunfo”.

Con las ideas tan claras como su compañero de equipo, Dani Pérez representa la juventud y el descaro sobre la cancha. Tras una brillante campaña en la que ha demostrado que puede ser uno de los bases con más futuro del baloncesto español, Dani sufriría una inoportuna lesión muscular en el segundo encuentro de semifinales que le ha impedido disputar ni un solo minuto hasta la fecha.

Pendiente aún de saber si podrá ayudar al equipo en el último compromiso de la temporada, el mejor asistente de la competición tiene claro que su equipo estará a la altura tal y como han demostrado durante un año mágico en el Principado: “Si algo define a este vestuario es que somos un grupo de amigos que desde la pretemporada ha trabajado unido para alcanzar nuestros objetivos. A base de esfuerzo y sacrificio hemos demostrado que podíamos llegar lejos y, una vez aquí, no queremos renunciar a nada. Como dice Marc, el ascenso sería el mejor premio para una plantilla que día a día se ha vaciado sobre la cancha anteponiendo el éxito del grupo ante cualquier éxito personal”.

En caso de conquistar el ascenso, Dani Pérez estaría más cerca de debutar en una Liga Endesa que le espera con los brazos abiertos para medir el potencial de un prometedor jugador: “El poder debutar en ACB sería todo un reto, llevo años formándome y trabajando para demostrarme a mí mismo que puedo ser mejor día a día por lo que el poder dar un nuevo paso me ayudaría a probarme en la mejor competición de Europa”.

Suceda lo que suceda sobre la cancha, el caprichoso destino le servirá en bandeja una nueva oportunidad a dos de ellos tras una temporada en la que han peleado aporreando con fuerza la puerta de una Liga en la que exhibir su talento.