ARBITROS-ENTREVISTA
Miguel Ángel Garmendia, “La LEB es una liga que no tiene nada que envidiar a otras”
5/3/2006 - 4:36 PM
Diez temporadas en LEB, con
casi 300 partidos dirigidos,
Miguel Ángel Garmendia ha pitado
la final de la Copa de la Reina, de
la Copa Príncipe y de la LEB 2.
Un clásico de las competiciones
FEB que ve la categoría de plata
como “un espectáculo puro, tanto
técnica como táctica y físicamente”
¿Cómo te iniciaste en el mundo del arbitraje?
Jugaba a Baloncesto en el Ramiro de Maeztu y a partir de una enfermedad, empecé a anotar y posteriormente me quedé como árbitro.
¿Cómo ha sido tu camino hasta llegar a las máximas categorías del baloncesto federativo?
Me imagino que como el de todos, al ser un comité grande el camino para llegar tal vez fue más largo, pero por lo demás con el mismo esfuerzo, trabajo e ilusión que todos los árbitros aplican a esta actividad tan apasionante.
¿Has tenido algún ídolo o "ejemplo a seguir" en el arbitraje?
No creo que haya tenido uno en particular, ha habido árbitros muy completos, de todos ellos he tratado coger las cosas buenas de cada uno, independientemente de la categoría que arbitraran, incluso de los que llevan menos tiempo, de todos se puede aprender.
El arbitraje en estas categorías exige un alto nivel de
dedicación, y pasar mucho tiempo fuera de casa. ¿Resulta complicado compaginarlo con tu vida personal y profesional?
A largo plazo, este es el punto fundamental, sin el apoyo incondicional de la gente que te rodea, en mi caso mi mujer Mª del Mar que es la gran sacrificada,simplemente no hubiera sido posible. Aquí también resulta muy importante tu relación con tus compañeros, si no es buena resulta todavía mucho más dificil,
aquí me siento un privilegiado, ya que en el arbitraje he conocido una cantidad de personas de un nivel insuperable. Y respecto a tu vida profesional, compaginarlo es casi imposible dado el nivel de exigencia, te tienen que apoyar desde tú trabajo, aunque esta dedicación también supone que te autolimitas en el aspecto profesional, ya que la atención es compartida y esto haceque se pierdan oportunidades profesionales, pero cuando el arbitraje lo llevas como una pasión, hace que se guarde el equilibrio y merezca la pena, pero desde luego hay que ser consciente y asumir las consecuencias de limitar tu vida profesional.
Has estado presente en todas las ediciones de Liga LEB desde su creación hace prácticamente 10 años. ¿En qué sentido consideras que ha evolucionado la competición a lo largo de estos años?
Fundamentalmente es que esta competición ha sido aceptada por todo el mundo del Baloncesto y ha llenado una necesidad de Baloncesto profesional que existía en muchas ciudades en España. Como consecuencia de unos mayores medios, ha eliminado un escalón muy grande que existía antiguamente entre el Baloncesto FEB y la ACB, de hecho en los últimos
años todos los equipos que ascienden, se mantienen en la ACB. Todo esto ha exigido un gran esfuerzo por todos los que participamos en esta competición que ha conllevado una gran profesionalización y como final nos lleva a presenciar partidos que son un espectáculo puro, tanto técnicamente, como tácticamente, como físicamente, etc, que hace que tengamos una liga que no tiene nada que envidiar a otras.
¿Cómo ha cambiado el arbitraje desde tus comienzos?
Muchísimo, hemos pasado de un arbitraje de saber estar y controlar, incluso a veces intuitivo y con un seguimiento muy distante, a un arbitraje técnicamente muy exigente, de trabajo en equipo, donde la credibilidad se gana y se pierde casi en cada jugada por la necesidad de acertar en la decisión, fundamentalmente en el criterio ventaja y desventaja. Con un seguimiento que se hace del árbitro partido a partido, lo que
hace que el nivel de exigencia sea muy elevado, lo que redunda en la mejora tanto del árbitro como de la propia competición.
Asimismo has ostentado la presidencia del Comité Madrileño durante cuatro años. ¿Cómo describirías tu periodo en el cargo?
Muy aleccionador, me enseñó lo difícil que es asumir una responsabilidad, pero que mucho más es actuar en consecuencia al cargo asumido, dedicándole el esfuerzo y dedicación que se merece, y que conseguir acertar en las decisiones en el ejercicio de esa responsabilidad asumida es donde se diferencia el trabajo
bien hecho. Pero aún así quiero agradecer desde aquí a todo el arbitraje Madrileño por la colaboración, paciencia y entrega que tuvieron con el grupo de personas que estuvimos unos años dirigiéndolos
Si tuvieras que destacar un momento inolvidable a lo largo de tu carrera deportiva, ¿cuál sería?
Hay muchos y no quisiera destacar ninguno por encima de otros. Aunque si destacaría la ilusión con la que he recibido muchas designaciones para arbitrar partidos o competiciones, ya que durante los días que pasan hasta llegar el momento tienes un "gusanillo" que te hace tener unas sensaciones muy especiales.
Suponemos que en 25 años consagrados al mundo del silbato tendrás multitud de anécdotas. ¿Puedes contarnos alguna?
Por ejemplo, el día que en medio de un partido de liga LEB, y al ir a coger el silbato no estaba, porque se había salido del cordón.
¿De qué forma ha influido el arbitraje en tu vida?
Creo que de una forma fundamental, y es que aprendes a analizar las cosas de una forma mucho más objetiva y fría, pensando siempre que hay diferentes formas de ver las cosas. Esto quita algunas veces pasión, y la verdad es que en la vida hay alguna vez que un poco de pasión visceral no vendría mal.
¿Algún consejo para las nuevas generaciones que se inician como árbitros y oficiales?
Divertirse, disfrutar con esto, y sobre todo COMPARTIRLO.