MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Entre los testigos del nuevo record de La Bomba, el seleccionador español Juan Orenga quien pese a haber presenciado decenas de actuaciones inolvidables del capitán del Equipo Nacional no pudo dejar de sorprenderse ante una nueva exhibición. Horas antes del partido nadie tenía demasiado claro si la estrella azulgrana jugaría o no pero en todo caso, nadie podía imaginar que si lo hacía, anotaría más de los 24 puntos que necesitaba para a batir el record de Epi. Pero Juanqui se encontró bien, especialmente bien, y en la segunda parte decidió poner fin al interesante debate planteado por el CAI y sentenciar el partido una sucesión de acciones extraordinarias. Navarro anotó 28 puntos y lo hizo desde todas las posiciones, en todo tipo de jugadas que ha patentado a lo largo de los años y confirmó que esta generación de los 80 tiene algo especial que los convierte en incombustibles. 

Juan Carlos Navarro sigue su carrera deportiva mostrando cada día una mayor capacidad para marcar diferencias. Desde mucho más de la línea de 6,75, desde sus penetraciones imparables, desde la línea de tiros libres, repartiendo juego a sus compañeros o, simplemente liberando los espacios para que sean otros los que se beneficien de la extrema atención de la defensa contraria. Como si quisiera jugar con el destino siempre caprichoso eligió al CAI para batir el record del legendario aragonés Epi. Fue el conjunto de Abós quien le tocó sufrir los efectos devastadores del ciclón Navarro. 

El Palau Blaugrana le dedicó una prolongada ovación, sus hijas saltaron al parquet para regalarle la mejor de las felicitaciones mientras el mundo del baloncesto volvía a rendirse ante ese fuera de serie de nuestro deporte. Oriol Bonsons, jefe de prensa de la sección de baloncesto del Barcelona resumió perfectamente en su twiter un sentimiento de muchos. “Algún podré decir que coincidí con Navarro, un ejemplo como deportista y como persona”.