Fue en la temporada 1971-72, implantada por iniciativa de Raimundo Saporta y centralizada por al AEBI (la antigua Asociación Española de Baloncestistas Internacionales).

El proyecto, bautizado como Quiniela ABXC, contó con la colaboración de los cuatro grandes diarios deportivos de la época (As, Marca, El Mundo Deportivo y Dicen), en cuyas páginas se publicaban cada lunes los boletos de la quiniela del siguiente fin de semana.

Había cuatro apuestas posibles: A (victoria local entre 1 y 10 puntos), B (victoria local por más de 10 puntos), C (victoria visitante) y X (empate).
La Quiniela de baloncesto no consiguió los permisos administrativos pertinentes para ofrecer precios en metálico, de modo que los ganadores recibían premios y reglados de la firma Philips.

Lamentablemente para el baloncesto, la idea no tuvo éxito ni continuidad.

En el fondo del Museo FEB, en la ciudad de Alcobendas, se conserva un ejemplar original de las bases de participación de aquella Quiniela de Baloncesto que acabó pasando a la historia.