Mentalidad en edades de formación
1/8/2013 - 11:09 AM
Exjugador de baloncesto prematuramente apartado de la actividad por una grave lesión. Ha asistido a los diferentes a los Torneos de Castelldefels y L´Hospitalet y ofrece para feb.es una imprescindible reflexión sobre el baloncesto de formación.
MARIO FERNÁNDEZ @MarioFdez34
En los últimos años hemos vivido un desarrollo espectacular del deporte en sus distintas vertientes. Y en concreto, si hablamos del baloncesto español no se me ocurre otro calificativo que el de ‘crecimiento exponencial’. Aunque el interés del entorno social por lo que respecta a la actividad deportiva se centra, en la mayor parte de las ocasiones, en el deporte de élite, nadie puede dudar que sin las categorias de formación la alta competición no sería posible. De hecho, cualquier deportista, por importantes que sean los éxitos que llegue a cosechar, comienza su trayectoria personal en el mismo punto que lo hace cualquier otra persona. Y este punto recibe el nombre de deporte de base.
Como ya es costumbre por estas fechas, en los diferentes torneos navideños hemos podido ver a algunos de los jugadores que en un futuro no demasiado lejano saltarán a la palestra. Jugadores cuyo porvenir dependerá en cierto modo de la educación deportiva que reciban en estos años de vital importancia para su formación. En edades tan jóvenes, además de entrenadores, las personas que los entrenan son lo más parecido a educadores deportivos. Es por ello que me gustaría que sintiéramos ese compromiso moral de ejercer como profesores baloncestísticos desde conceptos como la libertad en el juego y la permisividad del fallo. De poco, o nada, sirve encorsetarlos a unos parámetros estándar que solo satisfacen el ansia del entrenador. Invitémosles a pensar, permitámosles que se equivoquen, démosles puntos de reflexión y conocimiento para que sean ellos mismos, y de forma natural, los que sepan escoger qué opción es la adecuada y cuando deben aplicarla. Recordad, error tras error hasta el acierto final.
Si una cosa tengo clara es que el baloncesto tiene sentido en sí mismo, y aunque existan las lógicas limitaciones personales que nos impidan llegar a determinados objetivos, nadie debiera entorpecer la progresión de cualquier jugador ya que precisamente es en ese punto donde se cuece el futuro de nuestro querido deporte. La línea de salida es la misma para todos, pero muy pocos son los que llegan a la meta... No lo olvidemos.