POR JOSÉ LUIS SÁEZ

En plena pretemporada de nuestros equipos –un mes después ya de la gran final olímpica en Londres-, se ha empezado a debatir sobre las condiciones de esta próxima campaña 2012-13, y en especial del calendario de los clubes de primera línea internacional, un calendario que se alargará de forma sustancial y que de algún modo condicionará el resto.

El debate viene a corroborar que el desarrollo del baloncesto –al menos el del europeo- no es un desarrollo unificado y basado en un interés lo más global posible sino parcializado y en algunos casos de difícil encaje. Competiciones que se solapan, equipos que juegan cada siete días y otros que lo hacen sólo cada dos en dos campeonatos diferentes y tras notables esfuerzos de desplazamiento, calendarios en los que coinciden primero las fases menos tensas y al final todos los momentos decisivos… todo conforma un escenario que no es precisamente el más adecuado para el crecimiento general. Porque entre otras cosas condiciona también –como se ha empezado a apuntar- el planteamiento de las transmisiones por televisión.

No es el único debate abierto este mes de septiembre. Otro es el de la cantera, al que se puede recordar –como si no hubieran pasado los años- lo que el admirado y añorado Manuel Vázquez Montalbán apuntaba en un artículo legendario publicado en las páginas del diario Marca en 1997: que había que dirigir nuestra inversión a unos “crear mitos” propios que definió como “héroes con carne de cromo coleccionable”.

En el fondo de ambos debates subyacen dos de los valores que muchos consideramos imprescindibles para crecer: la unidad de acción y la identidad e identificación. Sólo los planeamientos globales e innovadores pueden reportar beneficios generales y de futuro, que es lo que realmente necesita nuestro baloncesto en el actual escenario económico y social.

Estamos frente a una gran oportunidad, pero sólo la podremos aprovechar si somos un solo baloncesto.