Oscar Rodríguez fue el artífice de la fugaz escapada del Bruesa GBC nada más darse inicio la semifinal copera ante el líder de la LEB 2, un Autocid Ford Burgos más pendiente de frenar la velocidad de ataque de los vascos que de atender al ritmo de crucero que imprime en ataque su base Tony Smith. El pívot madrileño de los guipuzcoanos aprovechó los metros que Jesús Pineda le daba para enganchar dos triples con los que Bruesa conseguía un parcial de 2-10 en tres minutos que hacía levantarse a José Luis Oliete, técnico de los burgaleses, pidiendo la rápida reacción de sus jugadores. Y el panorama cambió radicalmente de ahí en adelante. El parcial hasta que sonó la bocina que daba paso al tiempo de descanso expuso sobre la cancha todos los argumentos de por qué Burgos camina en solitario al frente de la LEB 2: 37-12. Oliete aviasaba antes del partido que su equipo trataría de frenar el contraataque de los de Porfirio Fisac y forzarles a jugar posesiones largas. Efectivamente, el Bruesa no encontró opciones cómodas de tiro -un bajísimo 33% en tiros de campo en los dos primeros cuartos- y sólo Brantley se hacía sitio en la zona burgalesa. Al contrario del Burgos, donde la paciencia a la hora de salvar la zona 2-3 que ordenó Fisac cuando el líder de la LEB 2 se escapaba (25-18, min. 13) resultó la mejor receta para ir avanzando de manera implacable en el marcador (39-22, min. 20). Además, el equipo castellanoleonés demostró en Gandía que sus poderes ofensivos no se limitan al siempre peligroso Smith sino que también cuentan con su "estrella silenciosa" que responde al nombre de Brett Beeson. El escolta norteamericano trabajó a destajo en defensa y zarandeó en ataque al Bruesa con un variado repertorio de fundamentos. Fisac apostó de nuevo por la defensa zona al comenzar el tercer cuarto, pero el principal problema de su equipo no era el aspecto defensivo sino el nulo acierto en ataque. Burgos no varió su idea de condenar a su rival a jugar "largo": posesiones al límite de los 24 segundos y asegurar el rebote. Bajo esas premisas, Tony Smith mandó a su equipo jugar a la carrera y los burgaleses empezaban a saborear la final. Entre contraataques sin oposición y la mano de seda de Beeson el marcador se iba a diferencias poco habituales cuando en la pista se enfrentaban primero y segundo de la clasificación liguera (63-34, min. 28). Los vascos intentaron apelar a la épica y endosaron un parcial de 15-0 que al menos tapaba el agujero que el marcador reflejaba (63-49, min. 34), pero Beeson había marcado en su calendario particular este día y ante ello ni sus compañeros le negaban el balón ni sus rivales eran capaces de apagar su inspiración. Autocid Ford Burgos disfrutó los últimos minutos sin mirar el tanteo y sabiendo que el trabajo estaba hecho.