COMUNICACION FEB

“Ni Panathinaikos, ni Barça ni Madrid de fútbol, ni Nadal... La hazaña del fin de semana es el Girona de Ricard Casas” así reflejaba la magnitud del resultado de la última serie de cuartos de final de la Adecco Oro el prestigioso periodista especializado Julián Felipo en su cuenta de Twitter. Y no le faltaba razón al profesional del Mundo Deportivo porque lo conseguido por el Girona en la presente temporada obliga a rescatar el pseudónimo por el que se conocía en Menorca a su técnico Ricard Casas: el Entrenador del Milagro.

Tras un breve espacio de tiempo apartado de los banquillos el manresano lo ha vuelto a hacer. Especializado en misiones imposibles ha conducido a un grupo diseñado para luchar por la permanencia a dar la sorpresa de la temporada derrotando contra pronóstico a uno de los sólidos candidatos al ascenso. Un Isla de Tenerife Canarias cuyo presupuesto le hacía partir como favorito en la eliminatoria pese a perder el factor cancha en la última jornada de la fase regular a manos de un Girona que terminó en racha.

DE RETO A HAZAÑA EN GIRONA

Pero el mismo hombre capaz de batir el récord de victorias de Manresa en la ACB con un equipo de circunstancias hace apenas una década o de salvar a un Menorca sin rumbo al que tomó a mitad de temporada en su segundo año ACB para conducirlo a la permanencia tras 31 jornadas (de 34 posibles) en puestos de descenso directo, ha dado una vuelta de tuerca en su trayectoria disparando las opciones de un equipo que perdía a sus dos jugadores franquicia a mitad de temporada (David Navarro y Darryl Middleton, ambos rumbo a Valencia) sin posibilidad de buscar sustitutos para paliar su marcha. Numerosos son los detalles a estudiar para llegar a comprender el universo de un entrenador diferente al que nos acercamos a través de una serie de testimonios en el siguiente reportaje.