LIGA FEMENINA – REPORTAJE
Los efectos relativos del ‘6,75’ en la Liga Femenina
10/15/2010 - 2:57 PM
Dos jornadas dan para mucho en la Liga Femenina y entre otras cosas puede servir para realizar un balance de cómo está afectando la nueva línea de 6,75 metros a los porcentajes de triples de los equipos. Para analizarlo hemos preguntado al técnico que dirigen a uno de los equipos con mejores números, javier Fort, al entrenador cuyo conjunto más veces ha tirado pero que presenta peores porcentajes, César Rupérez y algunas de las jugadoras más efectivas, Noemí Jordana y Laura Antoja.
Naia Fernández
Cuando se aprobó la reglamentación que, entre otras cosas, llevaría la línea de 6,25 a los 6,75 metros, las dudas se cernieron sobre el baloncesto en general, pero sobre el femenino en concreto. La pasada campaña la siempre pionera Adecco Oro demostró que los efectos del cambio no serían muy profundos y con la norma aplicada este año a la Liga Femenina y en tan sólo dos encuentros, parece que en féminas se puede llegar a la misma conclusión.
Una mirada rápida a los números nos indican que una media de todos los equipos en porcentaje de triples es del 31,5%. El resultado en sí mismo tiene un valor relativo pero será más significativo resulta si lo comparamos con el porcentaje final con el que acabaron los equipos de Liga Femenina la pasada campaña, 32,65%. Una primera valoración sobre este dato nos lleva a pensar que, teniendo en cuenta que los equipos aún están calentando motores, el distanciamiento de la línea no ha afectado a la efectividad de los equipos.
En este apartado, los polos opuestos son por un lado el Gran Canaria 2014 La Caja de Canarias (41,5%) y el Rivas Ecópolis (41,4), los dos equipos con mejor balance de triples lanzados y anotados; y por otro lado el Obenasa Navarra que siendo el equipo que más triples ha lanzado, 42, tan sólo ha anotado 9, lo que lleva al 21,4% que atesora actualmente.
El técnico de uno de los equipos más entonados, Javier Fort, valora estos números asegurando que “a nivel de sensaciones de mi equipo, realmente no nos está afectando el aumento de la distancia. Tenemos jugadoras que están lanzado muy bien, Aguilar, Bonner, Gimeno, y no estamos notando un descenso de porcentajes en nuestros lanzamientos y tampoco está afectando a nuestro juego”. Para Fort, sí que hay variaciones a nivel táctico: “En defensa a los equipos se les nota más conservadores buscando pasar los bloqueos directos por detrás, abandonando opciones como los cambios defensivos o flashes”.
Por su parte, el entrenador del equipo que más veces ha lanzado a canasta, César Rupérez, explica el alto número de tiros de su equipo, 42, debido a que “tenemos exteriores no muy físicas, exteriores en el sentido estricto de la palabra, talentosas en cuanto a tiro”. Otra razón por la que el Obenasa ha promediado 21 triples lanzados por encuentro es “porque tenemos problemas en la subida de balón y hemos llegado al ataque con pocos segundos de posesión, con el balón lejos del aro, y muchos de esos tiros han sido en esos últimos segundos”, Rupérez añade que “ésta última circunstancia es la que justifica en gran medida los bajos porcentajes”. En término generales el técnico navarro entiende que el alejamiento del triple está afectando a “los 4 tiradores que la pasada campaña ajustaban a 6,25 metros y ese cambio lo están notando más, en nuestro caso puede estarle sucediendo a Dace, y también afecta a las pérdidas de balón en los laterales porque el jugador se acerca mucho a la línea de banda”. De todas formas el entrenador del Obenasa confía en que “poco a poco las jugadoras se vayan acostumbrando a la distancia a base de repetición”.
Además de los técnicos, las que tienen mucho que decir al respecto y las verdaderas protagonistas son las jugadoras. Repasando el ránking general de porcentaje de tiros de 3 vemos incluso a jugadoras que están en el pleno de aciertos como Kiesha Brown (Mann Filter), claro que con 2/2. Más relevantes son los números de Noemí Jordana (Celta Indepo) con una serie de 6/10 o Laura Antoja (Girona FC) con 8/15.
Noemí Jordana reconoce que “en situaciones de final de partido, cuando estás cansadísimo, se nota que llegas a esos lanzamientos con las fuerzas justas” y apunta que “noto especialmente la diferencia si tiro desde el centro o desde las esquinas”. La base catalana entiende que el que desde los laterales sea menor la distancia no va a hacer que se busquen más esos tiros que desde los frontales: “La jugadora que está acostumbrada a irse hacia el lateral sigue yendo y la que no tiene costumbre no va”.
Otra de las grandes triplistas de este inicio de campaña es Laura Antoja. La base del Girona es la que más triples ha lanzado, 15 y también la que más ha anotado en términos totales, 8. Antoja es el claro ejemplo de que saber aprovechar las nuevas situaciones defensivas que se plantean “en cancha la sensación es que la gente no sale a defender tan lejos, en principio apuestan por flotar más en la línea exterior y eso se mantendrá si se bajan los porcentajes”.
De momento los números son similares y es que a la mayoría de las jugadoras, la nueva reglamentación no les ha cogido desprevenidas. Hace ya un par de veranos gente de la talla de Amaya Valdemoro o Elisa Aguilar han estado preparando de manera específica triples desde distancias similares a las actuales. También se pudo ver la pasada campaña que en aquellas canchas que compartían equipos de Adecco Oro y LF, donde convivían la línea de 6,25 metros y 6,75, como pueden ser los casos de Girona o Vigo, entre otros, las jugadoras, de manera inconsciente, acababan lanzando desde el arco más lejano.
Precisamente el llevar un año entrenando con el doble arco puede haber resultado una ventaja según apunta Antoja: “particularmente no he preparado especialmente este tipo de tiros, tal vez la gente más baja como yo ya teníamos que buscar este tipo de lanzamientos, y lo cierto es que creo que como en el pabellón de Girona estaba hecha la línea de 6,70, sin querer ya estábamos tirando desde un pasito más atrás”.
Más se lo ha tenido que trabajar Jordana que explica que “en pretemporada, pensé que por primera vez en mi vida este año iba a tirar más de 2 puntos que de 3. Hablé con el entrenador y le comenté que iba a empezar tirando de la línea vieja y que iría dando pasos pequeños para alejarme, pero sin pensar en si pisaba o no porque no quería modificar la mecánica de tiro. Poco a poco me he ido alejando y actualmente no tengo problema con la nueva distancia”.
De momento, podemos concluir que el ‘6,75’ no ha tenido efectos negativos en la Liga Femenina donde las jugadoras están perfectamente adaptadas a la distancia y que tan sólo las variantes tácticas que plantea y la proximidad de la línea lateral a la banda son las cuestiones que entrenadores y jugadoras deben ajustar.