Miguel Panadés Clínicas Rincón quiso hacer una entrada a lo grande en la Adecco LEB Oro y en su estreno doblegó a uno de los favoritos al ascenso, un Tenerife incapaz de imponer su juego interior y de frenar la fuera de Prestes, la eficacia de Williams y el fenomenal espíritu colectivo de un equipo ambicioso e ilusionado. Barbour no apareció como de costumbre y esta el grupo de Rafa Sanz no tuvo el acierto necesario desde más allá de la línea de tres puntos. Victoria andaluza, 72-67. En Cáceres todo parecía ir de cara, con Moss como dominador del partido, con el pabellón disfrutando de un marcador favorable hasta que en el último cuarto Burgos, con Corrales como motor, demostró que esta temporada tiene buenos argumentos que exponer y le dio la vuelta al marcador con un contundente parcial de 17-33. Le faltó gasolina al conjunto local y algún referente ofensivo más que tomara iniciativa cuando la situación se complicaba. Al final victoria burgalesa por 72-82. En Mallorca, igualdad en la primera parte con Blair y Blanch como referentes locales y demostración de potencia del Melilla en la reanudación con un extraordinario juego de equipo con Waleskowsky como mejor hombre visitante y Fergerson y Ruiz bombardeando el aro contrario. Victoria de los de Paco Olmos y golpe en la mesa en el inicio de la temporada. Avisábamos que Melilla era uno de los candidatos (69-89). Y para candidato Breogán que consiguió la victoria ante Vic (91-83) en un partido típico del conjunto lucense donde a partir de una ventaja adquirida en el segundo cuarto se hizo con el control del juego ante un rival mucho más difícil de lo que algunos sospechaban. Y es que el Vic tiene calidad para mirar a los ojos a quien sea y eso fue lo que hizo en Lugo. Buena actuación de Corbacho y réplica visitante en Kiefer. Y en Los Barrios partido a “cara de perro”, con máxima tensión, con defensas al límite y con una victoria visitante pírrica en cuanto a tanteo pero tremendamente importante sabiendo donde y contra quien la conseguían. 52-55 con Ricardo Guillén como jugador más valorado del partido y con, curiosamente, ningún jugador del equipo ganador llegando a 10 de valoración.