Naia Fernández España ejerció de España desde el primer instante y no dio opción a Nueva Zelanda. Para empezar, brillante acción de Torrens con acción de 2+1 que demostraba que la derrota de la primera jornada no había pasado factura. La selección dirigida por Evaristo Pérez apretaba las líneas de pase en defensa y presionaba a la jugadora con balón de tal forma que las neozalandesas perdían balones y realizaban malas selecciones de tiro. El parcial fue claro, 5-12 en menos de 5 minutos y el técnico Mike McHugh solicitó un tiempo muerto que no sirvió para aclarar ideas porque la renta aumentó al 5-16 (min.8). Con las rotaciones, las españolas no cedieron en intensidad defensiva pero disminuyó notablemente su acierto hasta que un triple de Núria Martínez devolvió el +11 para el combinado nacional (11-22, min.12). La selección española controlaba el partido pero no terminaba de aumentar las diferencias así que Evaristo Pérez probó, al igual que ante China, con Torrens jugando de ala-pívot y Valdemoro de alero. Junto a ellas, y ante la falta de un referente interior claro en las neozalandesas, Tamara Abalde trabajó cerca del aro. Completaban el quinteto Martínez e Isa Sánchez y precisamente esta última anotó un triple que situaba a España 24-40. El partido tenía claro color español y al descanso se llegó con 27- 40 en el luminoso y la sevillana como máxima anotadora con 11 puntos y Torrens y Martínez con 7 cada una. La inercia de España seguía siendo positiva pero en cuanto disminuyó la tensión defensiva, las penetraciones de las oceánicas, con Harmon muy entonada, bajaron la renta de la decena de puntos (46-54, min.26). Para evitar esas situaciones de uno contra uno sin ayudas, el técnico español preparó una zona 2-3 que resultó muy efectiva. A nivel individual, Amaya Valdemoro aportaba en muchas facetas pero aún le faltaba anotar esa canasta espectacular que le diera la confianza necesaria. Esa jugada llegó la final del tercer cuarto, en un slalom de la madrileña que sirvió para subir el 47-60 con el que se cerró el tercer asalto. Pese a que las diferencias no eran contundentes, el triunfo del combinado nacional no peligraba y las jugadoras, conscientes de ello, se adornaron en exceso e impidieron que el partido se rompiera definitivamente en los primeros compases del tramo final. Los triples de Sánchez y Aguilar dieron respuesta a las canastas de Harmon para que España se apuntara la primera victoria en estos Juegos Olímpicos, 62-85. ESPAÑA, 85 (18+22+20+25): Montañana (18), Palau (7), Aguilar (3), Torrens (9), Pascua (4) -cinco inicial- Nicholls (7), Lima (-), Valdemoro (6), Sánchez (19), Revuelto (0), Abalde (5) y Martínez (7). NUEVA ZELANDA, 62 (7+20+20+15) C. Purcell (1), Marino (7), Kerr (8), Harmon (22), McMeeken-Ruscoe (10) –cinco inicial- Bates (9), Wharemate (0), Wallbutton (5), Cocks (), N. Purcell (0), McCormack (0) y Bodensteiner (0).