Jordi Román Epi es un jugador absolutamente histórico en la Selección. Es el que más partidos ha jugado (239), el máximo anotador (3.358 puntos), el que en más Juegos Olímpicos ha participado (Moscú 1980, Los Angeles 1984, Seúl 1988 y Barcelona 1992) y el que durante más tiempo fue internacional: entre su debut y su retirada mediaron nada menos que 15 años, tres meses y 19 días. Una voz más que autorizada, pues, para valorar la preparación llevada a cabo por el equipo que dirige Aíto García Reneses y recordar la que fue otra etapa histórica del baloncesto español. ¿Crees que le van a durar mucho más todos sus récords internacionales? Pueden durar más pero me los acabarán batiendo. Por ejemplo el de partidos con la Selección lo puede batir más o menos inmediatamente Carlos Jiménez.(que ha cumplido 163 en la gira preparatoria), y en un futuro creo que Ricky puede superarme en palmarés olímpico: si con 17 años ya va a unos Juegos, a los 28 ya me puede haber igualado. No es posible compararlas, pero, ¿piensas que esta selección es mejor que la de la plata de 1984? Es cierto que no se pueden comparar porque el baloncesto ha cambiado mucho. ¡Es que han pasado 24 años! Pero creo que si ésta en Pekín gana una medalla será indiscutiblemente la mejor porque tendrá un ciclo de tres medallas seguidas junto al oro de Japón y la plata de Madrid. Aunque para mí, al margen de lo que haga en los Juegos, ya es la mejor selección de la historia. ¿La ves capaz de ganar el oro olímpico? Por supuesto que lo es, pero también debe ser consciente de que algo así es muy difícil y que se han de dar muchas circunstancias. Pero por calidad y talento está claro que este equipo puede ganar a cualquier rival. Sobre todo si exhibe una virtud muy importante para triunfar en un gran campeonato: la mentalidad de equipo, el trabajo y el espíritu colectivos. A los históricos, ¿os da algo de envidia, aunque sea sana, ver el nivelazo popular de vuestros herederos? Nosotros lo que estamos es encantados de que toda España se vuelque con el baloncesto y con la selección, porque cada selección tiene su etapa y nosotros ya tuvimos la nuestra. Pero es que con nosotros, sobre todo después de la plata de Los Angeles, los pabellones también se llenaban a reventar y los aficionados nos seguían como les siguen a ellos ahora. Ahora hay más marketing y todo es mucho más mediático, pero el público es el mismo: entregado a la selección.