Desde los primeros minutos quedó de manifiesto la tónica del partido: muchas faltas y poco juego. La dureza no sólo estuvo dentro de la cancha, sino también en los banquillos ya que incluso se vivió cierta tensión cuando en los dos primeros cuartos la entrenador alemana fue expulsada del recinto por recibir tres técnicas. A pesar de los parones y los altercados, España mostró un buen nivel en ataque durante los dos primeros cuartos (42-25, min. 20). Tras el descanso las jugadoras españolas perdieron intensidad y las alemanas aprovecharon para correr, superar con penetraciones a la defensa española y recortar diferencias (50-41). La reacción alemana no duró demasiado, ya que España retomó el pulso al partido y llegó al final del tercer cuarto con 13 puntos de ventaja (59-46). El último cuarto se hizo largo y lento, con ocho jugadoras eliminadas por cinco faltas personales (se señalaron un total de 66). A pesar de todo, el seleccionador español Jordi Fernández aprovechó para utilizar una defensa en zona 1-3-1 y motivar a sus jugadoras para que en ataque movieran el balón hasta encontrar la mejor opción. Eso funcionó y la diferencia se incremento hasta el defintivio 72-58. Primera victoria y un punto de inicio para valorar el nivel, el trabajo y seguir mejorando: de este partido podemos concluir que somos capaces de jugar contra equipos duros físicamente. Después del partido, foto de hermandad y adelante España. ESPAÑA, 72 (22, 20, 17, 13): Anna Carbó (3), Patricia Argüello (15), María Pina (21), Laura Fabrega (3), Alejandra de la Fuente (8) –cinco inicial-, Ana Suárez (10), Naiara Díez (0), Silvia Domínguez (0), Jael Freixenet (7), Sara Vita (5) y Marta Navarro (0). ALEMANIA, 58 (12, 13, 21, 12): Mersch (5), Skuballa (19), Bar (12), Grieb (6), Schotz (4) –cinco inicial-, Hore 82), Thimm (0), Schnitzler (2), Brunger (7) y Schaffner (1).