LAURA CÁRCAMO BERGES/LA RIOJA

Cuando empecé mi andadura como entrenadora en este mundo supongo que fue como la de muchos, ayudando con niños pequeños en el club en el que se juega y poco a poco cogiendo ese gusanillo. Efectivamente ese mecanismo se fue activando y multiplicándose con cada pequeña gran vivencia.  Por aquel entonces como otros tantos, también te vas introduciendo en arbitrar algún partido escolar de esos compañeros de pista etc.

Fue al dejar de jugar tras mi paso por la categoría junior cuando decidí adoptar un compromiso mayor con ambas funciones. Empecé a formarme académicamente en los cursos de mi federación autonómica, así como entré en el Comité de árbitros de la misma. Algo que para muchos podía resultar un tanto inverosímil o difícil de compaginar.

Pero todo cobró mucho más sentido cuando acudí al Campeonato de España de Selecciones Autonómicas pero un año desde cada función diferente de las mencionadas, sin olvidar que años atrás la había vivido como jugadora. Es cierto que fue entonces cuando algo hizo click y logré empatizar con todos y cada uno de los participantes además de ver el baloncesto desde todos los ángulos. Algo que de primeras se podía esperar como impedimento, creo que se ha convertido en un factor de ventaja.

Y ahora que me encuentro en este CES 2019 y todas estas figuras; que sabemos que son necesarias para el deporte que amamos, cobran espacio, debate, referencias… me ha servido entre otras muchas cosas para reforzar mi teoría así como sentirme aún más privilegiada de algo que se que desde ya me ha dejado huella.