Canarias tiene una nueva generación de un talento enorme, como es habitual, y que han practicado un baloncesto muy sólido, tanto en los partidos en los que ha estado por debajo en el marcador, o cuando se ha puesto por delante, como en esta final en la que cimentó la victoria en los primeros minutos.

El vendaval canario se produjo con el quinteto del primer periodo, y continuó con el del segundo hasta colocar un 37-11 en el minuto 14 que parecía definitivo… si no fuera minibasket. Andalucía no bajó los brazos y fue acercándose hasta acercarse a la barrera de los diez puntos. Intensidad en defensa y acierto en el tiro exterior para los de Fran Zafra dieron esperanzas a los aficionados andaluces en un Pabellón Bahía Sur abarrotado.

Hacía 37 años que Canarias no lograba un título en mini masculino, pero estos jugadores de 11 y 12 años no se pusieron nerviosos a pesar de ser su primer campeonato y su primera gran final. Con Eduardo Trujillo en el banquillo y con inteligencia, trabajo defensivo y canastas importantes en momentos decisivos para cortar los arrebatos de carácter de su rival provocaron que la ventaja se mantuviera en los últimos minutos, y conseguir una medalla de oro tan merecida como sorprendente.