SEPTIEMBRE 9
El partido más famoso de la historia (1972)
9/9/2016 - 9:29 AM
Es, sencillamente, el partido más famoso de la historia del baloncesto. Porque era una final olímpica. Porque fue la primera derrota de la la selección de Estados Unidos, que había ganado todos los encuentros (62) que había disputado hasta entonces en unos JJ.OO. Y por su polémico final. A aquel choque URSS-EE.UU. del 9 de septiembre de 1972 en Munich no le faltaba ningún aliciente.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Con el resultado definitivo en la mano, se ha criticado muchísimo a Hank Iba, el seleccionador estadounidense, por su renuncia a aprovechar la ventaja que tenía su equipo, la velocidad, y aceptar un duelo al estilo que favorecía al rival, que tomó la delantera desde el principio, con cortas ventajas: 26-21 en el descanso y un máximo de 8 puntos a falta de 6 minutos que los americanos recortaron con su presión a toda pista. Con 49-48, Aleksandar Belov regaló el balón a Doug Collins, que sufrió una durísima falta de Sakandelidze, tanto que por un momento perdió el sentido. Pero se restableció lo justo para transformar los dos tiros libres y dar a su equipo la primera ventaja del partido (49-50).
Quedaban 3 segundos. Sacó la URSS, pero dos segundos después el árbitro principal, el bresileño Righetto, vio que había una discusión en la mesa y detuvo el juego. El seleccionador soviético, Vladimir Kondrashin, reclamaba que no le habían concedido un tiempo muerto que había pedido antes del primer tiro libre de Collins. Se lo dieron entonces, pero con un solo segundo en el crono, que se extinguió sin más.
Los estadounidenses ya estaban celebrando el título. Pero el británico William Jones, secretario general de la FIBA, ordenó que se repitieran los 3 últimos segundos, cuando Kondrashin había pedido el tiempo muerto. Reglamentariamente, él no tenía nada que decir, pero nadie osó oponerse a su autoridad, seguramente porque nadie pensó que hubiera tiempo para alterar el marcador. Pero Edeshko sacó de fondo muy largo para Aleksandar Belov, que tras fintar a dos defensas anotó con facilidad a tablero, desde muy cerca.
Allí fue Troya, claro. EE.UU. firmó el acta bajo protesta, pero al día siguiente el comité de Apelación dio por bueno el 51-50. Sus jugadores acordaron no recoger las medallas de plata, que quedaron depositadas en un banco suizo. Aleksandar Belov, el hombre que con su canasta cambió la historia, falleció en 1978 en circunstancias que siguen sin aclararse.