De todas las grandes estrellas de la NBA, la que mejor se adapta al baloncesto internacional es sin duda Kevin Durant (Washington, 29/IX/1988). Así lo demostró en el Mundial del 2010, en el que su enorme productividad pudo más que los defectos colectivos de su equipo para recuperar un título que EE.UU. no conseguía desde 1994. Naturalmente, fue el MVP. Dos años después logró el oro olímpico.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Durant es un alero con un amplísimo rango de tiro y una estatura (2,06 m.) y una fortaleza que le permiten jugar también de ala pívot. Lleva el número 35 porque a esa edad murió su entrenador en el instituto, etapa en la que ya fue considerado el mejor jugador del país junto a Greg Oden, precisamente el único elegido por delante de él en el "draft" de la NBA del 2007. Sólo había estado un año en la universidad, en Texas. Promedió 25,8 puntos y 11,1 rebotes y se llevó todos los premios.
Su impacto en la NBA fue inmediato: "rookie" del año y líder en anotación de los Seattle Supersonics (20,3 p.), que al verano siguiente se convirtieron en Oklahoma City Thunder. Su imparable progresión le dio en la temporada 2009-10 el primer título de máximo anotador (30,1 p.), que repetiría en las dos siguientes y también en la 2013-14. Cuatro veces en cinco años. Ha sido "All Star" en las últimas siete temporadas y en cinco de ellas ha formado parte del equipo ideal de la liga. En la temporada 2013-14 fue el MVP de la copetición.
El Mundial de Turquía supuso su definitiva confirmación internacional, cuando no había cumplido 22 años. Las carencias de EE.UU. en el puesto de pívot hicieron que fuera el jugador más alto del equipo en muchos momentos decisivos y su respuesta, siempre impecable, fue creciendo conforme avanzaba el torneo. En la semifinal contra Lituania (89-74) estuvo 38 minutos en la pista y marcó 38 puntos. En la final, el 12 de septiembre, contra un anfitrión enardecido que había llegado a ella con una victoria muy polémica (83-82) ante Serbia -el verdugo de España en cuartos (92-89) con el triple de Teodosic-, sólo fue al banquillo cuando quedaban 42 segundos y la victoria (81-64 al final) estaba más que asegurada. Gracias a él, por supuesto, que aguantó la presión del público y las provocaciones de Turkoglu para sostener a un equipo muy fallón en el tiro. Durant, que acabó con 28 puntos, llevaba 20 en el descanso, con un 5/9 en triples. Entre todos sus compañeros, 22, con 1/13. Dos mundos.