366 HISTORIAS - 9 AGOSTO
Seikaly, la gran decepción (2000)
8/9/2016 - 11:19 AM
El fichaje del pívot Rony Seikaly (Beirut, Líbano, 19/V/1965) por el Barcelona, el 9 de agosto del 2000, es uno de los más ilusionantes y a también más decepcionantes de la historia del baloncesto español.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Tenía ya 35 años y en la temporada anterior no había jugado ningún partido por una lesión en el pie derecho. Pero había exhibido un alto nivel en sus once campañas en la NBA, en las que promedió 14,7 puntos y 9,5 rebotes por partido. Y había sido campeón con EE.UU. en el Mundial'86 en España. A poco que estuviera físicamente recuperado, tenía que marcar diferencias en el baloncesto europeo, donde "quería iniciar una nueva etapa, aunque tenía la oportunidad de seguir en la NBA este año y otro", según explicó a su llegada.
Debutó en la segunda jornada de Liga, el 4 de noviembre, y fue, con 19 puntos más 7 rebotes, el máximo anotador en el triunfo sobre el Breogán. En la tercera, idénticas cifras en la victorias en Alicante (68-101). Y en la cuarta, 8 puntos (3/15 en el tiro) y 10 rebotes en un tropiezo ante el Pamesa (82-92). Ya no jugó más partidos en la ACB. Cuatro días después, el Barça visitaba al London Towers en la cuarta jornada de la primera Euroliga organizada por la ULEB. Ganó, por supuesto (82-97), pero dejó hacer demasiado, hasta llegar a un 59-63, a un rival muy inferior. Y Seikaly dio la nota con una actuación incomprensible. Aíto García Reneses, que no se privó de criticarle al acabar, le llevó al banquillo en el minuto 22, después de cometer una falta que regaló un tiro libre adicional, luego unos dobles y finalmente perder otro balón. El estadounidense ni siquiera había lanzado a canasta.
Tras obtener permiso del club para regresar de Londres más tarde que el resto del equipo, Seikaly no se presentó al entrenamiento. Ni al partido del día siguiente contra el Tau, después de una reunión en la que reclamó a Aíto, de quien diría meses más tarde que "no tiene ni idea", garantías de "jugar 35 minutos por partido y ser absoluto protagonista". El club le abrió un segundo expediente y le suspendió de empleo, aunque no de sueldo. Y ya no volvió a jugar en el Barcelona. Ni en otro equipo profesional.
El 30 de noviembre acordaron la rescisión del contrato. El jugador devolvió 100 de los 175 millones de pesetas que ya había cobrado. La mitad de lo pactado. Un mal negocio para el Barça, pero con la contrapartida de la eclosión de Pau Gasol.