AGOSTO 2
Dos oros olímpicos, nunca profesional (1952)
8/2/2016 - 12:21 PM
El de Bob Kurland (St. Louis, Missouri, 23/XII/1924) es un caso muy especial. Fue uno de los jugadores más dominantes de su época y parte esencial en la selección estadounidense que logró las medallas de oro en Londres'48 y Helsinki'52. Pero nunca jugó en una liga oficialmente profesional.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Era tan ostentoso el dominio que Kurland -uno de los primeros jugadores que realizaba mates con asiduidad- y su gran rival, George Mikan, ejercían cerca del aro, o por encima de él, con sus 2,13 m. (otras fuentes lo dejan en 2,08 m.; en cualquier caso, una altura inusual para la época, que al principio fue objeto de muchas burlas) y una prodigiosa capacidad de salto, que en 1945 la NCAA prohibió los tapones a balones en trayectoria descendente. Aquel año y el siguiente Kurland logró el título universitario (era la primera vez que un equipo repetía) con Oklahoma A&M (ahora Oklahoma State), entrenado por Hank Iba. Desoyó los cánticos de la BAA y la NBL (que posteriormente se fusionarían para formar la NBA) y fichó por el equipo de la Phillips Petroleum en la AAU, los 66 Oilers, con los que ganó tres campeonatos en seis años (en todos fue "All Star") mientras trabajaba en el departamento de ventas de la compañía. Eso le permitía una mayor estabilidad económica y seguir jugando en la selección.
Para formar la que acudiría a los Juegos de 1948 se montó un torneo con cuatro equipos universitarios; tres de la National Industrial Basketball League, que era la liga de la AUU, y uno de la YMCA. Kurland fue, con 20 puntos, la gran estrella de la final, que su equipo ganó por sorpresa (53-49) a los Kentucky Wildcats, campeones de la NCAA. Naturalmente, fue seleccionado y en Londres fue el segundo anotador del equipo, con 9,3 puntos por partido.
En la final, el 13 de agosto, (65-21 a Francia) fueron titulares los cinco jugadores de los 66ers, que cuatro años después volvieron a participar en el torneo preolímpico. Esta vez cayeron en semifinales, pero Kurland no perdió su plaza y en Helsinki volvió a ser el hombre más alto del equipo y en este caso su tercer encestador, con 9,6 puntos por encuentro. Era la primera vez que la URSS participaba en los Juegos, lo que, en un momento especialmente duro de la Guerra Fría, daba un morbo especial a la previsible final, el 2 de agosto. Ganó EE.UU. por 36-25, con 8 puntos de Kurland. Fue el último partido de su carrera.