366 HISTORIAS - 19 AGOSTO
137 puntos al anfitrión (1982)
8/19/2016 - 9:26 AM
En 1982 no existía internet y era muy difícil seguir a distancia el baloncesto internacional. Por eso nadie se atrevió a contradecir a Antonio Díaz Miguel, el seleccionador español, cuando en los primeros días del Campeonato del Mundo que se celebraba en Colombia advertía reiteradamente del peligro de comenzar la fase final con el equipo anfitrión como rival.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Un equipo, según él, con varios jugadores de nivel de la NCAA, la gran competición universitaria de EE.UU. La FIBA, que sí conocía, o sospechaba, el auténtico nivel de los colombianos, les había clasificado directamente para la segunda fase, junto a los dos mejores de cada uno de los tres grupos de la previa. Sí, siete equipos, todos contra todos. De este modo, anulaba la posibilidad de que una rápida eliminación del equipo de casa debilitara el interés del país organizador.
¿Posibilidad? ¡Qué va! Seguridad absoluta, en vista del escasísimo nivel del juego que ofreció Colombia, cuyo seleccionador, el estadounidense Jim McGregor, acabó el torneo en la cárcel (ver 27/VIII).
Para empezar, el rival que tanto temía Díaz Miguel -o eso decía, porque seguro que lo conocía bien- acabó encajando ante sus hombres un espectacular 137-84 que suponía en aquel momento el récord absoluto de anotación de la selección española en toda su historia, superado cinco años después, el 15 de septiembre de 1987, cuando un equipo de jóvenes promesas (Ferran Martínez, Laso, Cargol, Morales, Abad...) le endosó a Líbano un 142-62 (80-17 tras el descanso) en los Juegos Mediterráneos de Siria.
No hubo color aquel 19 de agosto de 1982 en la acogedora Cali, cuyo público se convenció bien pronto de las nulas opciones que tenía su equipo y se dedicó a silbar a los jugadores cuando tardaban más de 10 segundos en lanzar a canasta. Con ello fomentó su precipitación, plasmada en pérdidas de balón y en ¡72! tiros fallados. Un horroroso 39/111 frente al 54/86 de los españoles, que antes del descanso (75-34) llegaron a dominar por 47 puntos (73-26) y después por 57 (131-74) a pesar de su evidente relajación defensiva. López Iturriaga (24), Epi II (19) y Romay (19) fueron los máximos anotadores del equipo español, que acabaría cuarto el torneo tras una polémica derrota ante Yugoslavia.
Colombia, por supuesto, no ganó ningún partido (en su segunda aparición Rusia le endosó un 143-76), aunque presentó cierta batalla a Australia y Yugoslavia.