JULIO 5
Los palos filipinos (1974)
7/5/2016 - 9:41 AM
Después de ganar a Argentina y perder ante EE.UU., la selección española se jugaba con Filipinas el 5 de julio de 1974 la clasificación para la fase del final del Campeonato del Mundo, en Puerto Rico. El partido se disputaba en Ponce, al sur de la isla. Los equipos hicieron el viaje en avión. Los periodistas, en autocar. Y la nuestra fue una auténtica experiencia, con el conductor lanzado a toda velocidad por una carretera estrecha y llena de curvas, sobre unos precipicios impresionantes.
El susto que nos llevamos los periodistas en el viaje les esperaba a los jugadores españoles en la pista. La dureza de los filipinos, técnicamente muy inferiores, era proverbial. Pero lo de aquel día escapó a toda medida. Y no tardó ni tres minutos en cobrarse la primera víctima. Fue Manolo Flores el elegido, porque en el 8-2 ya había anotado tres canastas en otras tantas penetraciones, una jugada que bordaba. Ya no podría hacerlo más en aquel Mundial. De eso se encargó Arnaiz, que le cazó con alevosía y le hizo volar literalmente por los aires antes de chocar violentamente con la espalda sobre el parquet. Tardó varias semanas en recuperarse del golpe. El búlgaro Arabadjan, número uno del arbitraje europeo, expulsó a Arnaiz de inmediato con una falta descalificante.
No fue el único filipino que acabó en los vestuarios antes de hora. En el segundo tiempo, a los 26m 47s, Regullano siguió el mismo camino. En ese caso, por una doble acción de karateca: de entrada, codazo en el bajo vientre a Luis Miguel Santillana, seguido por una patada en la cabeza cuando el pívot español cayó al suelo.
Y tan desagradable como la antideportividad del rival fue la conducta del público local. Durante todo el campeonato estuvo de uñas contra el equipo español, molesto por un problema que había tenido el seleccionador puertorriqueño en el torneo de Navidad, en Madrid, y aquel día se dedicó a aplaudir las guarrerías de los filipinos.
¿El partido? No lo hubo. La selección española jugó mejor que en los dos anteriores, mandó siempre (59-41 en el descanso) y acabó imponiéndose por un rotundo 117-85, con 37 puntos de Brabender, 24 de ellos en el primer tiempo. España acabó quinta de la competición, en cuya fase final se enfrentaron en una liguilla ocho equipos. El título fue para la URSS, que derrotó por 105-94 a EE.UU. en el partido decisivo, que no final en sí. Yugoslavia logró la plata.