23 JULIO
Tres partidos contra los soviéticos (1963)
7/23/2016 - 10:04 AM
El Real Madrid fue el primer equipo de Europa Occidental que llegó a una final de la Copa de Europa: la de la quinta edición (1961-62), que perdió en Ginebra por 90-83 ante el Dinamo de Tiflis. Al año siguiente los blancos volvieron a quedar subcampeones, pero aquella fue una final muy especial.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Porque por fin un equipo soviético podía jugar en España y uno español en la URSS. Porque, por primera y única vez, fue necesario un partido de desempate para dilucidar el título y porque eso significaba que el equipo que dirigía Joaquín Hernández (ver 20/I) había sido capaz de ganar un encuentro al fortísimo CSKA (conocido entonces aquí como T.S.S.K.A.) de Moscú.
Fue el 23 de julio de 1963. Casi nadie en el pequeño frontón Fiesta Alegre soñaba con derrotar a un rival formidable, mucho más fuerte físicamente. Los primeros minutos abonaron ese pesimismo, pero todo cambió cuando el base armenio Alachatchan se cargó de faltas. En el descanso mandaba el Madrid por 35-26. En el segundo tiempo la exhibición de los blancos alcanzó el éxtasis, y su ventaja los 30 puntos (73-43) a falta de 8 minutos. Luego el cansancio y las personales hicieron mella en un equipo con mucha diferencia entre titulares y suplentes y la distancia quedó al final en 17 (86-69). Los héroes de aquella jornada histórica fueron Sainz (0), Sevillano (26), Emiliano (24), Luyk (14), Burgess (21); Durand (1), Alocén (0) y Descartín (0).
Ocho días después se jugó el partido de vuelta en el estadio Lenin, ante 20.000 espectadores. Con Emiliano renqueante por una lesión en el tobillo, aunque anotó 18 puntos, por 22 de Luyk y 17 de Burgess, el Madrid ya había perdido casi toda su ventaja en el descanso (48-34), pero al final tuvo una opción y no la desaprovechó. Con 91-71, Durand lanzó dos tiros libres. Transformó el primero, lanzó a fallar el segundo y Burgess palmeó el balón para forzar el desempate. Lo malo es que el reglamento establecía que éste debía jugarse en la misma pista que el segundo partido. Fue el día siguiente y ganaron los locales por 99-80.
En la temporada siguiente el Real Madrid fue por fin campeón, pero la satisfacción no fue completa porque aquel año no estaban los rusos. Una más tarde, en la 64-65, ya no quedó ninguna duda: batió al CSKA en la final, a doble partido (ver 10/V), y se consagró sin discusión como el mejor equipo del continente y del baloncesto FIBA.