JULIO 16
Un gigante muy listo (2007)
7/16/2016 - 12:01 PM
Los 2,21 m. y 140 kilos de Roberto Dueñas (Madrid, 1/XI/1975), más que nadie en la historia del baloncesto español de élite, ya le habrían convertido por sí solos en un caso excepcional. Pero es que además era muy listo, tenía un gran conocimiento del juego. Esa combinación de defensa y ataque le convertía en una joya, que la selección (84 partidos entre 1997 y el 2004, con la medalla de plata en el Europeo'99) y el Barcelona aprovecharon muy bien.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Un entrenador de la cantera del Fuenlabrada le descubrió a los 17 años en una parada de autobús cuando iba a su colegio de Móstoles, donde había vivido antes y seguía estudiando. No pudo hablar con él aquel día, pero volvió dos o tres veces hasta encontrarle. Jugaba en Segunda con el segundo equipo del Fuenlabrada cuando el Barça fue a buscarle, meses después. Aquella parada se ha convertido en un mito y en cierta ocasión, a la vuelta de un entrenamiento, Jasikevicius y Nacho Rodríguez se empeñaron en que el autobús del equipo les llevara hasta allí para subirse uno sobre el otro, vestidos con el chándal del Barça, imitando la estatura de su compañero.
Jugó su primer partido con el Barcelona el 17 de diciembre de 1995, en Las Palmas (2 puntos, 3 rebotes y 1 tapón en 12 minutos), cuando estaba en el filial, el Cornellà, y la temporada siguiente fue la de su consagración: MVP de la Liga y elegido por Chicago Bulls en el puesto 58 del "draft" de la NBA. "Me invitaron y fui a ver la final, la del famoso tiro de Michael Jordan contra Utah -explica-, pero a mí la cultura americana, su forma de vida, nunca me entusiasmó. Y entonces la NBA no era como ahora para los europeos".
Se quedó en el Barça y lo ganó todo: seis Ligas, dos Copas, la Korac del 99 y, por fin, la Euroliga del 2003, la primera del club. Dos años después se fue al Akasvayu de Girona y al siguiente al Joventut. Torturado por la espalda, aquella 2006-07 sería su última temporada. "La cabeza iba bien, pero el cuerpo no me seguía y era frustrante", recuerda. Y el 16 de julio anunció su retirada, en la sede de la ACB, rodeado de muchos de sus innumerables amigos. Porque éste fue su mayor éxito: propagar la amistad, el buen rollo. Quedaban atrás 379 partidos en la Liga ACB, con 7,3 puntos y 6 rebotes de promedio. Y algo que no reflejan las estadísticas: miles y miles de tiros cambiados, o no lanzados, de los adversarios.