El 1 de julio de 1992 Anna Junyer (Figueres, Girona, 4/VII/1963) jugó por última vez con la selección española. Parece raro, faltando pocos días para los JJ.OO. de Barcelona y tratándose de una base extraordinaria que estaba en el mejor momento de su carrera
JUAN ANTONIO CASANOVA
Tres meses antes había ganado con el Dorna Godella la primera de sus dos Copas de Europa consecutivas, anotando 11 puntos y recuperando 6 balones en la final. Pero hay una explicación. Aquel partido fue una excepción. Hacía años que estaba fuera de la selección, desde que renunció al Plan ADO para poder jugar en aquel gran equipo valenciano. "Claro que me habría gustado -dice ahora- participar en unos Juegos, y más en casa, pero escogí otra opción: competir al máximo nivel con el primer equipo de esa calidad que se montaba en España".
Siempre fue una adelantada. A los 13 años ya jugaba la competición provincial en el equipo sénior del Adepaf de Figueres, con el que a los 18 llegó a Primera División tras ser campeona de España júnior. Luego formó parte de los mejores equipos: Picadero, El Masnou, Sabor d'Anabs y Caixa Tarragona en Tortosa, otra vez El Masnou, dos campañas espléndidas como capitana del Dorna (dos Copas de Europa, una Copa Intercontinental, dos Ligas y una Copa) y en la última (1993-94) el Reus Ploms, que desapareció por problemas económicos tras un solo partido, y el Universitari de Barcelona, al que ayudó a ganar el Campeonato de Catalunya y ascender a la máxima categoría. Anna había logrado 8 Ligas y 9 Copas.
También en la selección fue muy por delante de su edad. Con sólo 14 años jugó tanto en la juvenil como en la júnior. Con 17 debutó en la absoluta, el 15 de septiembre de 1980, como relevo de la gran Neus Bartran y a las órdenes de Maria Planas, que la tuvo mucho tiempo a su lado en varios equipos y ahora destaca de ella "su gran inteligencia, su dominio de la pista". Fue 140 veces internacional y los 37 puntos que anotó ante Cuba el 3 de junio de 1982 son la segunda mejor marca de la historia tras los 39 de Amaya Valdemoro.
Una vez retirada, se ha dedicado a entrenar, normalmente como ayudante (Vigo, Universitari...), y también colaborando con la selección española, como responsable de los equipos de los Mundiales 3x3. Con el tiempo ha conseguido acabar con su mayor defecto: la impuntualidad. Era muy dormilona y más de un entrenamiento se perdió por culpa de eso.