26 DE JUNIO
La última canasta de Herreros vale una Liga (2005)
6/26/2016 - 9:44 AM
Final de la Liga ACB 2004-05. Tau y Real Madrid se reparten las victorias en los cuatro primeros partidos, tan igualados que la mayor diferencia es de 6 puntos. El quinto se juega en Vitoria el 26 de junio y el título parece en poder del Tau cuando, a sólo 50 segundos del final, gana por 8 puntos (69-61). Pero el campeón será el Madrid, con un triple decisivo de Alberto Herreros. Su única canasta del partido. Y la última de su carrera.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Fue un partido muy extraño, y no sólo por su resolución. El Madrid tuvo 11 puntos de ventaja en el primer cuarto, los del 0-11, y los perdió. Y otros 11 (42-53) tras el 39-41 del descanso, que también perdió. En el último período parecía grogui, sin rebote ofensivo y con Bullock anulado por Hansen. Pero no estaba muerto, aunque para resucitar necesitó la colaboración de su rival, que cometió una serie de errores impensables después de que un tiro libre de Scola pusiera aquel 69-61. El propio Scola falló una clara entrada tras un triple de Gélabale y, luego de encestar Justin Hamilton, Prigioni echó el balón fuera por la banda. Sonko falló un tiro libre, anotó el segundo y Splitter, al sacar de fondo, envió la pilota directamente fuera al otro lado de la pista, muy lejos de cualquiera de sus compañeros.
Quedaban 14 segundos. Hamilton recibe el balón y se lo da a Herreros, que se eleva frente a Macijauskas y clave el triple con 6 segundos en el crono. Después del tiempo muerto se la juega Calderón, pero recibe un tapón de Fotsis y el título es del Madrid. El primero de Maljkovic en la ACB y el primero también en baloncesto para el presidente Florentino Pérez.
El MVP es Bullock, pese a no anotar ni un punto en la segunda parte, pero el héroe es Herreros. “Fue la canasta más importante de mi carrera. Todavía me la recuerdan allá donde voy”, asegura ahora. “En aquel momento no me dio tiempo a pensar demasiado. Lo que tenía claro es que si me llegaba la pelota iba a tirar. Y estaba convencido de que iba dentro. Cuando entró me fui como un loco a por Macijauskas [24 puntos aquel día] para defender su última posesión, para que no llegara a recibir. ¿Si me hizo pensar en volverme atrás en la retirada? No, al revés. Si la hubiese fallado me habría planteado seguir jugando. No podría haberme retirado fallando el último tiro. Al meterla tuve claro que no había mejor final. Todo jugador sueña con una retirada así”.