Han pasado ya más de veinte años desde su retirada y Juan Antonio San Epifanio (Zaragoza, 12/VI/1959) sigue siendo quien más partidos ha jugado con la selección española: 239 entre 1979 y 1994, con la plata europea del 83, la olímpica del 84 y el bronce del europeo del 91, más una plata y un bronce continentales como júnior. Le siguen Juan Carlos Navarro, con 223, y “Ninu” Buscató y Felipe Reyes, con 222.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Pero su contribución al baloncesto español va mucho más allá de esas cifras, como las de su carrera barcelonista: siete Ligas, diez Copas, dos Recopas, una Copa Korac, un Mundial de clubs… y la decepción de no haber podido ser nunca campeón de Europa. Epi fue el número uno español en la época en que este deporte conoció su mayor crecimiento popular. Y el número uno de Europa para “L’Équipe” en el decenio de los noventa. Una auténtica leyenda.
No tenía ni buen tiro ni grandes condiciones físicas y él mismo explica que cuando llegó al Helios con13 años “era un petardazo, el peor del equipo”. No había mejorado mucho cuando a los 15 le fichó el Barça… como complemento de su hermano Herminio, Epi I, que era el que apuntaba muy alto. El mayor de los tres, Fernando, no pasó del Stadium Casablanca. Antes de cumplir los 16, en 1975, Epi II ganó el Campeonato de España juvenil y poco después jugó el Europeo de la categoría. Y al año siguiente el júnior, aunque no era titular en aquellas selecciones.
En la Liga 77-78 jugó su primer partido con el primer equipo. Sólo uno. Su consagración llegó en la temporada siguiente, en el último encuentro: la final de Copa contra el Real Madrid, en Zaragoza, su casa. Salió como titular tras el descanso y sus 12 puntos, con 5/6 en el tiro, fueron decisivos para el 103-96 que daba a los azulgrana el primero de sus seis títulos de Copa consecutivos. Aún no había cumplido 19 años, pero su enorme capacidad de trabajo le había convertido en un jugador que haría época.
Aquel mismo año fue plata en el Europeo Júnior, ya como pieza clave de la mejor generación hasta que apareció la de los Navarro, Pau, Raül y Felipe. Y uno más tarde, en el 79, llegaba la absoluta. Dos tiros libres suyos en el Europeo B garantizaron la continuidad de España en la élite. Fue una costumbre. Tantos y tantos tiros suyos decisivos. Y tantos éxitos en el Barça, con el que el 20 de junio de 1991 firmó un contrato por tiempo indefinido. Hasta que después de un último título, la Liga 94-95, decidió poner fin a una carrera excepcional.