MAYO 6
Un entrenador con ideas propias (1998)
5/6/2016 - 9:51 AM
A Paul Norman Seymour (Toledo, Ohio, 30/I/1928-6/V/1998) le sobraba carácter, como jugador y como entrenador.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Después de un solo año en la universidad de su ciudad natal, con 17 únicamente, se convirtió en el jugador más joven que salió de titular en un partido de una liga profesional. Estuvo en la NBL, la BAA y la NBA. Tras un breve paso por los Toledo Jeeps y los Baltimore Bullets, hizo carrera en los Syracuse Nationals, uno de los grandes equipos de la época. Jugó allí desde 1948 hasta su retirada, en 1960; fue tres veces “All Star” y formó parte del conjunto que en la temporada 54-55 logró su único título de la NBA. Era el capitán y fue aquel año el segundo anotador del equipo, con 14,6 puntos por partido además de 6,7 asistencias y 4,3 rebotes.
Paul Seymour era un base de 1,85 m. que destacaba sobre todo en el ardor que ponía en todas sus acciones. Un tipo duro. Sobre todo cuando tenía delante a Bob Cousy, de los Celtics. Queda para la historia el partido que les enfrentó en el Boston Garden en los playoffs de la temporada 52-53. Ganaron los locales por 111-105 después de cuatro prórrogas. Cousy llegó a 50 puntos (tres más del tope en playoffs anterior que tenía George Mikan) gracias a su 30/32 en tiros libres, un récord que aún pervive, igual que los de tiros libres lanzados (128) y convertidos (108) entre los dos equipos. Hubo 106 faltas y doce jugadores eliminados. Seymour anotó 18 puntos.
En 1956 jugó cinco amistosos en España con los Nationals. Los ganaron todos, pese a que los tres últimos los empezaron con un 0-40 en contra.
De su época como entrenador, que durante cuatro temporadas compaginó en los Nationals como jugador y luego le llevó, hasta 1969, a St. Louis Hawks, Baltimore Bullets y Detroit Pistons, se recuerdan dos anécdotas reveladoras de su carácter. Una, muy positiva. Cuando entrenaba a los Hawks, en la campaña 61-62, los dueños del club le exigieron que redujera el protagonismo de Cleo Hill, porque a Bob Pettit y Cliff Hagan, estrellas del equipo, no les gustaba jugar con un negro. Él, blanco, se negó y eso le costó el puesto. La otra, no tanto. En la temporada 65-66, cuando dirigía a los Bullets, dejó un día en el banquillo, sin previo aviso, al pívot y capitán del equipo, Johnny “Red” Kerr, que era el hombre récord de la NBA con 844 partidos consecutivos. “Así tendrás menos presión”, le dijo al acabar. Por cierto, perdieron.