CARMELO GUTIÉRREZ / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Steinarsson y Malduna protagonizaban otro exitoso arranque de los de Quim Costa en el Javier Imbroda de Melilla. 2-10 mandaba Peñas Huesca poco después de cumplirse los tres minutos de juego. Alejandro Alcoba aguantaba sin solicitar tiempo muerto y Edu Gatell se convertía en protagonista para ‘calmar’ los ánimos de la afición local. Daniel Bordignon entraba en este juego de pívots y mantenía la ventaja oscense en los seis tantos. Los locales ya habían entrado en el encuentro y conseguían igualar el marcador con un 6-0 (14-14). Otra canasta de Bordignon, neutralizada por Zengotita, dejaba en tablas el electrónico al acabar el acto inicial.

El arranque del segundo periodo estuvo caracterizado por la facilidad anotadora de ambos conjuntos. En poco más  de tres minutos, el marcador se movía hasta una nueva igualada a 26. Diez tantos para cada equipo en un frenesí anotador en el que aparecían algunos jugadores claves de los locales como Huskic y Cristian Díaz. Los de Quim Costa se manejaban cómodamente en esta dinámica de encuentro y plantaban cara a un Melilla Baloncesto que, súbitamente, cambio de cara al superar el ecuador del periodo. Restaban poco más de tres minutos para el descanso y el marcador señalaba un 36-34 a favor de los de Alejandro Alcoba, que decidieron decir ‘hasta aquí hemos llegado’: parcial 12-0 hasta el descanso (48-34), con triples de Suka, Franch y Brandon Edwards. La grada despedía a sus jugadores con una merecida ovación.

El paso por los vestuarios era lo mejor que le podía pasar a un Peñas Huesca muy tocado tras ese gran parcial en contra. Los de Quim Costa eran conscientes de que sus opciones de intentar pelear por la victoria pasaban por un buen arranque de tercer acto y a eso se pusieron: 4-10 en poco más de tres minutos (52-44). A diferencia del primer periodo,  Alejandro Alcoba sí que paraba el encuentro para cortar de inmediato el arreón oscense. Y los melillenses reaccionaban a través de la defensa. Si en tres minutos habían encajado diez tantos, hasta el final del periodo solamente concedían nueve tantos más, dos de ellos sumados en los momentos postreros del cuarto. En ataque, Melilla Baloncesto recuperaba una fluidez que le permitía afrontar el acto final incluso aumentando la renta del descanso (69-53).

Los locales habían contenido la escaramuza de los oscenses y afrontaban el acto decisivo con una cómoda renta. Toda la presión se trasladaba a su rival, al que parecía que las fuerzas y el acierto habían abandonado. Los de Quim Costa bajaron definitivamente los brazos después de ver como Eduardo Hernández-Sonseca, el gran protagonista del primer encuentro, anotaban dos triples seguidos que mandaban el partido a un ya definitivo (+25). Restaban poco menos de cinco minutos para el final, pero ‘todo el pescado estaba vendido’. La grada del Javier Imbroda disfrutaba con un equipo que puede conquistar el ascenso a la Liga Endesa el próximo viernes en la cancha de un Peñas Huesca que venderá muy cara su piel.