366 HISTORIAS - 14 MAYO
Buscató, premiado por la UNESCO (1970)
5/14/2016 - 10:54 AM
“Corté un balón y salí al contraataque, con Vicente Ramos corriendo a mi lado tratando de impedirlo. Vi que él ponía mal el pie y caía a la pista con un grito de dolor, por lo que eché el balón fuera”. Así, con esta naturalidad, explica hoy Francesc Buscató (Pineda, Barcelona, 21/IV/1940) la decisión que tomó en un partido entre el Real Madrid y el Joventut (entonces Juventud) de Badalona del torneo de Navidad de 1969. Partido que ganó el anfitrión por 103-94, con 31 puntos de Luyk y 23 de Emiliano frente a los 22 de Buscató, que jugaba entonces de base.
JUAN ANTONIO CASANOVA
En el pabellón madridista estaba aquel día el mandamás de la FIBA, William Jones, que después de echar un vistazo al currículum de Buscató, extraordinario en lo deportivo e impoluto en lo disciplinario, decidió proponerle para el que iba a ser el primer trofeo al “fair play” (juego limpio) de la UNESCO que recibiría un jugador de baloncesto. De este modo quería fomentar los valores de nobleza de este deporte. Buscató recibió el galardón el 14 de mayo del año siguiente, en la sede de la UNESCO, en París, de manos de Jean Borotra, legendario extenista francés. A su lado, el futbolista del Sabadell Pedro Zaballa, distinguido también por otro gesto de extrema deportividad: lanzar fuera el balón en lugar de rematar a puerta vacía, al ver lesionado en el césped al guardameta del Real Madrid.
“Fue un momento de enorme emoción”, recuerda ahora Ninu Buscató. “Aquel día me sentí el representante del baloncesto, de todos sus valores deportivos, en una época en que los jugadores teníamos que hacer un gesto muy claro, mucho más que ahora, aceptando las faltas que nos señalaban”.
Buscató ha sido uno de los mejores jugadores españoles de la historia. Un excelso tirador exterior cuyos promedios habrían aumentado enormemente si en su época hubieran existido los triples. Entre 1959 y 1974 jugó en el Pineda, en cuyo primer equipo debutó con solo 15 años; el Barcelona, que le fichó por 5.000 pesetas el primer año y 20.000 el segundo, siempre a condición de poder volver a Pineda cada noche para ayudar en el horno familiar; el Aismalíbar y el Joventut. Ganó una Liga y una Copa como azulgrana y otro tanto como verdinegro. Luego fue entrenador y profesor en el INEF de Barcelona. Con la selección jugó ocho Europeos y tres Juegos Olímpicos. Se retiró, tras la plata del Eurobasket’73, con el que era entonces récord de partidos (222).