366 HISTORIAS - 9 ABRIL
Duelo al límite entre dos cañoneros (1978)
4/9/2016 - 11:59 AM
El título de máximo anotador de la NBA nunca ha estado tan competido como en la temporada 1977-78. George Gervin (San Antonio Spurs), que al final de su carrera jugaría en el TDK Manresa y le salvaría del descanso, y David Thompson (Denver Nuggets) lucharon codo a codo todo el año y llegaron en un pañuelo al último día de la primera fase, que es la única que cuenta a efectos estadísticos: 26,8 y 26,6 puntos respectivamente de promedio.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Todo se decidiría aquel domingo, el 9 de abril de 1978. No jugaban a la misma hora y sus dos equipos tenían asegurado el segundo puesto de su conferencia (los Spurs estaban entonces en el Este). Por la tarde lo hizo Thompson (Shelby, Carolina del Norte, 13/VII/1954), un escolta y alero de 1,93 m, en la pista de Detroit Pistons. Alimentado por sus compañeros desde el principio, marcó 32 puntos en el primer cuarto (récord entonces de la NBA, que duró bien poco), llevaba 52 en el descanso y acabó con 73 (28/38 canastas y 17/20 tiros libres). Era en aquel momento la tercera mejor marca de la historia, tras los 100 y otra de 78 de Wilt Chamberlain, y aumentaba su promedio a 27,15. El partido, el último que se jugó en el Cobo Arena (con sólo 3.482 espectadores) antes de trasladarse al Silverdome de Pontiac, lo ganó Detroit, que ya no podía entrar en los playoffs, por 139-137, pero nadie estaba muy pendiente de eso.
Era el turno de George Gervin (Detroit, 27/IV/1952), también escolta y alero, pero más alto: 2,01 m. Los 73 puntos de su competidor le obligaban a anotar 58 como mínimo aquella noche en la pista de New Orleans Jazz para llevarse la corona. “Nunca he marcado 58 puntos, pero voy a por ello”, dijo que pensó entonces.
Casi le bastó con la primera parte. A sus 20 puntos del primer cuarto, pese a comenzar con cinco fallos, siguieron 33 en el segundo, con los que batía el récord de unas horas antes. Y cuando sumó otros 6 en el tercero se fue al banco, ya con los deberes hechos. Volvió en el último y acabó con 63 puntos (23/49 canastas y 17/20 tiros libres), que dejaban su promedio final en 27,22. Para ello necesitó sólo 33 minutos, diez menos que su competidor. Eso sí: pendientes sólo de él, sus compañeros se olvidaron de la defensa y los Jazz, que no se jugaban nada, alcanzaron la anotación más alta de la temporada (153-132).
David Thompson halló pronto consuelo: un contrato de 4 millones de dólares que le convertía en aquel momento en el jugador de un deporte de equipo mejor pagado de la historia.