Michael Jordan y sus Bulls estuvieron más de un año sin perder en casa un partido de la “regular season”, la primera fase de la temporada: desde el 30 de marzo de 1995, cuando ganaron por 100-82 a Boston Celtics, hasta el 8 de abril de 1996, cuando perdieron por 97-98 ante Charlotte Hornets, cuatro días después de haber conseguido ante Miami Heat (100-92) su victoria número 44 de corrido en el Chicago United.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Era entonces un récord de la NBA, superando con mucho el que tenían los Boston Celtics, que ganaron 31 en el Boston Garden entre el 10 de diciembre de 1985 y el 13 de abril de 1986. Y ha continuado vigente hasta la temporada actual, cuando lo han batido los Golden State Warriors.
Aquel récord de los Bulls, que engloba dos temporadas distintas, no puede ampliarse a términos absolutos, aunque ya se sabe que las estadísticas que cuentan en la NBA son siempre las de la “regular season”.
En los playoffs de la 94-95 ganaron los tres partidos que jugaron en casa contra Charlotte Hornets en la primera eliminatoria (3-1), pero en semifinales de la conferencia Este perdieron dos frente a Orlando Magic, que les eliminó con un 4-2. Orlando cayó luego por 4-0 ante Houston en la finalísima.
En cualquier caso, fue una gran sorpresa que aquel año largo de imbatibilidad de los Bulls en Chicago, donde no habían perdido un partido en la “regular season” desde el 24 de marzo del año anterior (el primero allí de Michael Jordan desde su primera retirada, un 99-106 ante Orlando), acabara precisamente a manos de los Hornets, un equipo claramente inferior, al que “Air” y compañía habían superado en su propia pista por 34 puntos (92-126) solamente tres días antes. El nuevo duelo resultó inesperadamente igualado y los locales fallaron hasta cuatro lanzamientos consecutivos a corta distancia en los últimos segundos, después de que cuando quedaban 19 Dell Curry (padre de Stephen, el MVP de la pasada temporada) pusiera con dos tiros libres el 97-98 que sería definitivo.
“Ha sido increíble”, dijo luego el base Kenny Anderson, máximo anotador visitante con 20 puntos, uno más que Curry. Jordan se fue hasta los 40, además de 11 rebotes y 5 asistencias, pero como dijo Matt Geiger, pívot rival, “hasta Superman pierde alguna pelea”.
El récord de imbatibilidad total en la NBA, contando los partidos de dentro y fuera de casa, lo tienen los Lakers en 33 (ver 9/I), desde el 5 de noviembre de 1971 al 7 de enero de 1972, una temporada en la que lograron el título. Igual que quien les sigue: Miami Heat en la 2012-13, con 27.