ABRIL 29
El Barça no renueva a Solozábal (1992)
4/29/2016 - 9:34 AM
Parecía imposible, porque eran inseparables, pero el 29 de abril de 1992 se rompió la relación entre el Barcelona y Nacho Solozábal (8/I/1958). Fue el día en que el club decidió no renovar el contrato de un jugador que llevaba allí toda la vida y con el que había jugado las últimas ocho Ligas Nacionales (debutó con 17 años y desde los 21 fue siempre titular) y las diez primeras Ligas ACB. Un base zurdo, todo finura e inteligencia, que marcaba el ritmo y hacía jugar como nadie a sus compañeros, aunque no le faltaba buena mano para decidir por sí mismo cuando era necesario
“No me voy yo; me echan. He hecho lo posible y casi lo imposible por seguir en el Barcelona”, declaró entonces. “Fue un momento muy difícil, porque yo esperaba continuar, pero el club decidió que no”, explica ahora, cuando ha pasado casi un cuerto de siglo. “No fue un problema económico, sino una diferencia de criterio”, asegura.
No le faltaron ofertas y en un principio pensó en cambiar de aires, “pero después de reflexionar vi que era mejor acabar en el club de toda mi carrera y dar un giro a mi vida”. Lo hizo. Aprobó las dos asignaturas que le faltaban para terminar Ciencias Económicas, trabajó como tal y enseguida se dedicó a sus grandes ocupaciones desde hace muchos años: dar clases de baloncesto por un lado en la escuela de la Federación Catalana y por otro en prensa y televisión.
Su inesperada salida del Barça, en contra del deseo unánime de sus compañeros y tras una temporada en que había sido, después de Epi, el segundo jugador más utilizado por Bozidar Maljkovic y Manolo Flores, provocó un cisma en el club que tardó muchos años en superarse. Más de catorce, hasta que el 8 de octubre del 2006 el Palau Blaugrana (“Soy un hombre del Palau y para mí es el santuario del baloncesto y de todos los culés”, dijo emocionado aquel día) le rindió el homenaje que merecía y colgó su camiseta con el número 7.
En sus dos decenios como jugador barcelonista, Solozábal consiguió seis Ligas, nueve Copas, una Copa Príncipe de Asturias, una Supercopa, siete Ligas Catalanas, dos Recopas y una Copa Korac. ¿Lo mejor? “Haber cambiado la tendencia ganadora del Real Madrid, primero igualándola y después ganando más nosotros”, dice ahora. ¿Y lo peor? “Sin duda, no poder ganar la Copa de Europa”.
Con la selección española jugó 142 partidos y ganó la plata en el Europeo’83 y en los JJ:OO.’84.