366 HISTORIAS - 10 ABRIL
Drazen no se presenta (1983)
4/10/2016 - 10:59 AM
Los playoffs se instauraron en la Liga yugoslava en la temporada 81-82. El campeón fue, por primera vez en su historia, el Cibona de Zagreb, con Cosic en sus filas, que derrotó al Partizan de Belgrado, que alineaba a Slavnic y Dalipagic, en la primera final. La segunda fue un escándalo.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Se enfrentaban el Bosna de Sarajevo, en el que Svetislav Pesic debutaba en el banquillo y mantenía a Varajic y a Radovanovic, pero no a Delibasic, del grupo que había ganado la Copa de Europa en 1979, y el Sibenka de Sibenik, entrenado por Vlado Djurovic, donde Drazen Petrovic (ver 7/VI), con sólo 18 añitos, se había convertido ya en una estrella. Promedió 24,5 puntos en aquella Liga, aunque no le bastaron para alcanzar a Dusko Ivanovic, que llegó a 26,1 en el Buducnost de Podgorica.
Cada finalista ganó un partido en su campo. El tercero y definitivo se jugaba en Sibenik, porque el equipo croata había sido el mejor en la primera fase. El encuentro transcurrió con los ánimos muy caldeados en el pequeño pabellón Baldekin, abarrotado por 2.000 hinchas que vibraron con la recuperación de su equipo, que había llegado a estar 19 puntos abajo. El Bosna tenía aún uno de ventaja (81-82) antes de la última jugada, pero el balón estaba en manos del Sibenka, que naturalente lo hizo llegar a Drazen Petrovic para que se jugara el tiro decisivo. Lo hizo a falta de 2 segundos y falló, con lo cual el Bosna era campeón. Pero lo mejor estaba por llegar. Uno de los árbitros, Matijevic, señala una falta de Hadzic que nadie había visto y concede dos tiros libres a Petrovic. Éste no perdona, después de muchas discusiones. Transforma los dos, llega a 40 puntos y pone el 83-82 que da el título a su equipo.
En teoría. Tras una noche de celebración en Sibenik, a la mañana siguiente, la del 10 de abril de 1983, se reúne de urgencia el órgano ejecutivo de la Federación Yugoslava y, “a causa del error evidente del árbitro Matijevic”, decide anular el partido y ordena que se repita en una pista neutral, en Novi Sad.
“Yo a Novi Sad no voy, y creo que el resto del equipo tampoco”, dice Drazen al conocer la noticia. “Los campeones somos nosotros y nadie nos quitará el título”. Pues sí, se lo quitaron. Efectivamente, el Sibenka no se presentó a la repetición y el Bosna fue campeón sin jugar.
Un mes antes, Petrovic y compañía habían perdido otra final, ésta en la pista. La de la Copa Korac, ante el Limoges, por segundo año consecutivo.