Si se hiciera un plebiscito universal para elegir la fecha más importante de la historia del baloncesto seguramente habría dos muy destacadas: el 9 de septiembre de 1972, cuando la URSS infligió a EE.UU. su primera derrota en unos Juegos Olímpicos, y la del 2 de marzo de 1962, día en que Wilt Chamberlain (Filadelfia, 21/VIII/1936-12/X/1999) marcó 100 puntos en un partido de la NBA.
JUAN ANTONIO CASANOVA
“El” récord por excelencia; el más famoso de las docenas quesiguen todavía en su poder. Una cifra impresionante a la que nadie se haacercado más que Kobe Bryant, 44 años después (ver 22/I), con 81 puntos.
Fue en Hershey (Pennsylvania), en una noche fría, ante pocomás de 4.000 espectadores. Los Warriors de Filadelfia jugaban allí algunospartidos, en busca de nuevo aficionados. Delante estaban los Knicks de NuevaYork, un equipo muy inferior, que caería por 169-147. Su pívot titular, PhilJordan, no pudo jugar por culpa de una gripe. Miel sobre hojuelas paraChamberlain, que hizo lo que quiso. Marcó 23 puntos en el primer cuarto, incluidoslos 13 primeros de su equipo; 18 en el segundo y 28 en el tercero, en el que lagente empezó a gritar “¡Dásela a Wilt, dásela a Wilt!”. Y vaya si se la dieron,para que sumara 31 puntos en el último período hasta llegar a la cifra mágicacon una canasta desde cerca, a pase de Joe Ruklick, cuando faltaban 46 segundosy hacía un buen rato que los aficionados coreaban “¡Cien, cien, cien!”. Los serviciosde sus compañeros, entre los que nadie anotó más de los 17 puntos de Attles, ylas continuas faltas para recuperar el balón le permitieron lanzar nada menosque 63 veces a canasta -otro récord que sigue vigente, como los 50,4 puntos queWilt pronmedió aquella temporada-, con 36 aciertos. Lo raro es que transformara28 de los 32 tiros libres que lanzó, cuando la efectividad a lo largo de sucarrera se quedó en un penoso 51,1%.
El público invadió la pista y, acabado el encuentro, devuelta al vestuario, Chamberlain, que hasta entonces tenía su récord personal en78 puntos desde diciembre del año anterior, posó con un cartelito en el que elrelaciones públicas de los Warriors había escrito el número 100. Lo mejor fue su comentario: “Si no hubierasalido la noche anterior, si hubiera dormido un poco más, podría haber llegadoa los 140 puntos”. Pero decenios después reconoció que “con el tiempo hellegado a comprender lo que hice aquel día”.