“Mejor de lo que lo hago no puedo. Con el equipo que tengo, no puedo”. Cuando el entrenador de un equipo profesional pronuncia una frase como ésta, con la que Dusko Ivanovic (Bijelo Polje, Yugoslavia, 1/IX/1957), a la sazón en el banquillo del Axa Barcelona, sorprendió el 13 de febrero del 2008, en lo que se preveía una rutinaria rueda de prensa previa al primer partido del Top16 de la Euroliga contra el Unicaja, está firmando su despedida.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Efectivamente, al día siguiente Ivanovic fue despedido. El presidente Joan Laporta tuvo que rectificar su decisión de mantener en sus puestos al entrenador y al secretario técnico de la sección, Zoran Savic (a quien iba directamente dirigido el dardo oral del técnico), pese a que la relación entre ambos se había roto un año antes. Un escueto comunicado que indicaba que Xavi Pascual, hasta entonces su segundo, se hacía cargo del equipo, ponía fin a la presencia del técnico montenegrino en el Palau Blaugrana, al que había llegado en el 2005 tras su gran trabajo en el Tau, con el que había ganado una Liga y dos Copas y había sido dos veces subcampeón de Europa. En el Barça sólo logró un título, la Copa del 2007, y en el momento de la destitución ya había perdido aquella temporada la Lliga Catalana, la Supercopa y la Copa del Rey.
Aquel mismo día, en un Palau que recibió a Laporta con gritos de “¡fuera, fuera!” durante un minuto que se hizo eterno, el Barcelona ganó al Unicaja por 64-62 y muchos apuros, porque en la última jugada Ndong (que luego sería azulgrana) y Welsch fallaron sendos tiros que habrían llevado a la prórroga. Los jugadores demostraron con su entrega que estaban con Pascual, como reiteraron a final de temporada apoyando su renovación, y el nuevo técnico optó por un discurso radicalmente opuesto al de su ex jefe: “Nunca de me oiréis decir nada diferente a que para mí este es el mejor equipo de Europa y que aspiro a ganarlo absolutamente todo”.
Pascual quería ganarlo todo y todo lo ganó con el Barça, Ivanovic, por su parte, volvió al Tau en agosto de aquel mismo año. Su segunda etapa con los alaveses no fue tan brillante, aunque ganó otra Copa y la Liga 2009-10 derrotando precisamente al Barcelona de Pascual por 3-0 en la final; su magnífica relación con el presidente Querejeta se deterioró y en noviembre del 2012 fue despedido. Luego dirigió a la selección de Bosnia y al Panathinaikos.