366 HISTORIAS
0 de 17, el peor partido de la historia (1991)
12/27/2016 - 9:39 AM
Tim Hardaway (Chicago, 1/IX/1966) fue uno de los mejores bases de la NBA en los años noventa del siglo pasado, número 14 en el "draft" de 1966 tras ganar el premio al mejor jugador universitario (Texas-El Paso) con una talla no superior a seis pies (1,83 m), cinco veces "All Star" y oro olímpico con EE.UU. en Sydney'00.
JUAN ANTONIO CASANOVA
En el 2003 cerró su carrera (Golden State, Miami, Dallas, Denver e Indiana), con magníficos promedios de 17,7 puntos (cifra notable, y más para un base, con un 47,4% de efectividad en el tiro) y 8,2 asistencias. Su hijo, del mismo nombre, juega en Atlanta Hawks.
El padre pasó a la historia por tres motivos. Dos positivos. Uno, como el inventor del "Killer crossover", un doble cambio de dirección ciertamente "asesino" por la dificultad de defenderlo y que creó escuela entre otros jugadores, como Allen Iverson, que igual que Hardaway tenían que abrirse camino entre una selva de rivales mucho más grandes. Un recurso casi infalible, sobre todo antes de que la NBA permitiera las defensas en zona. Dos, como el segundo jugador, tras el mítico Oscar Robertson, que llegó antes a los 5.000 puntos y 2.500 asistencias en la NBA. Sólo necesitó 262 partidos, 15 más que "Big O".
Pero también por un récord negativo. El 27 de diciembre de 1991 Tim Hardaway vivió una auténtica pesadilla. Golden State Warriors jugaba en la pista de Minnesota Timberwolves y él, como siempre, estaba preparado para asumir su cuota de responsabilidad ofensiva. Y empezó a tirar... y a fallar. Una, dos, tres... hasta diecisiete veces. Quince de dos puntos, dos triples. Con el mismo resultado: ningún acierto. Un 0/17 para la historia. Nadie, ni antes ni después, ha realizado tantos lanzamientos en un partido de la NBA (ni en otra liga seria, que se sepa) sin anotar ninguna canasta. Sólo 2 puntos de tiros libres en 44 minutos y, eso sí, 13 asistencias, que ayudaron a su compañero Chris Mullin a anotar 36 puntos y a su equipo a vencer en la prórroga por 102-106.
Él se lo tomó con buen humor. "Voy a enmarcar la hoja de la estadística. Ya tengo un récord de la NBA", dijo tras el encuentro.
Un detalle curioso. Fue precisamente aquella temporada 91-92 la más prolífica en anotación de la larga carrera de Hardaway: 23,4 puntos por partido. Era el séptimo jugador en la historia que promediaba 20 puntos y 10 asistencias (fueron 10 exactas) en la misma campaña. La del que algunos llamaron "el peor partido de la historia".