Nacho Solozábal (8/I/1958) es el prototipo clásico del base de "antes pasar que tirar", pero también sabía asumir la responsabilidad de un lanzamiento decisivo. Como el que valió un título, en una de las finales de Copa más recordadas de la historia, el 22 de diciembre de 1987.
JUAN ANTONIO CASANOVA
El Real Madrid de Lolo Sainz llegaba a Valladolid como claro favorito. No había perdido ni un solo partido en toda temporada: 37 victorias consecutivas. El Barcelona era solamente séptimo en la Liga, con 7 victorias y 6 derrotas en aquel momento. Pero el equipo de Aíto salió respondón: anotó en sus siete primeros ataques y se fue a un 17-8. En el descanso había remontado el Madrid (42-46). Luego, más alternativas: del 68-63 a un triple imprevisible de Fernando Martín para el 79-83, que redujo una canasta... de Solozábal. Éste cometió su tercera falta a 1m 06s del final y el Madrid (entonces se podía elegir) decidió sacar de banda, contando con apurar los 30s de posesión y, en caso de anotar, llegar al final con una delantera casi definitiva. Aquella posesión acabó en canasta, sí, pero después de pitarle una falta en ataque a Romay, la quinta. Así que no valió, claro. Quedaban 38s. A falta de 12s, casi al límite de un ataque azulgrana, José Luis Llorente cometió una personal y el Barça optó por sacar de banda para disponer del último tiro.
Necesitaba un triple para ganar y todo el mundo esperaba que lo lanzara Sibilio, que llevaba un 4/6 desde los 6,25 m. Por eso, cuando Chicho salió del bloqueo se fueron a por él Alexis y Fernando Martín. El dominicano no podía ver el aro, pero sí vio a Solozábal. Sin tiempo para más, el base. a 7 metros de la canasta, lanzó en cuanto recibió el balón y éste entró con solo un segundo en el crono, que quedó a cero antes de que los madridistas pudieran reaccionar. "Lo peor de una derrota como ésta es la cara de tondo que se te queda", dijo su entrenador. El héroe del día celebró la canasta con los puños al aire antes de ser alzado en hombros por sus compañeros. "Fue una victoria especial. Nos dio tranquilidad y nos permitió ganar también la Liga", explicó.
A lo largo de su dilatada carrera, de 1975 a 1992, siempre en el Barça, Solozábal ganó seis Ligas, nueve Copas, dos Copas Korac (85 y 86), una Recopa (87) y un Mundial de Clubs (85). Fue 142 veces internacional y logró la medalla de plata en el Europeo'83 y los JJ.OO.'84. Actualmente dirige una escuela de baloncesto y es comentarista en prensa y televisión.