Nunca olvidaré el mazazo. Salía aquella noche del Palau Sant Jordi, donde el Barcelona había perdido ante el Cibona (73-85) un partido del llamado entonces Campeonato de Europa de clubs, y en la radio del coche oigo que "Magic" Johnson se retira ¡porque tiene el virus del sida! Tuve que parar para tranquilizarme. Creía que era el final, no ya de la carrera sino de la vida del jugador que más admiraba. Afortunadamente, me equivocaba. Yo y todo el mundo, que pensaba lo mismo.
JUAN ANTONIO CASANOVA
"Debido al virus del sida que padezco, debo retirarme hoy mismo de los Lakers". Con estas palabras empezó el jugador la multitudinaria rueda de prensa, acompañado de Cookie, con quien se había casado dos meses antes y pasado la luna de miel en París, aprovechando el viaje para jugar el McDonald's, en el que "Magic" fue el MVP tras ganar, con muchos apuros y cierta ayuda arbitral, al Joventut de Badalona. Al regreso de Francia, antes de jugar un amistoso en la pista de Utah Jazz, el doctor Mallman le telefonéo y le dijo que tenía que regresar a casa inmediatamente. Una vez en Los Angeles le dio la noticia, que era, en palabras del jugador, "como escuchar mi condena de muerte". Y todavía podía ser peor, pero los análisis posteriores revelaron que no había contagiado a Cookie ni al bebé que ésta estaba esperando.
Tras la conmoción inicial, "Magic" recuperó el ánimo y decidió hacer público su caso en una conferencia de prensa que hubo que adelantar 24 horas porque arreciaban los rumores más pesismistas. De este modo, la estrella universal se convertía en consejero de la precaución en la práctica del sexo y en portavoz de la esperanza.
A pesar de las reticencias de muchos de sus compañeros por el temor a un contagio, el base de los Lakers no dejó el baloncesto. Al año siguiente fue el MVP del "All Star" y formó parte del irrepetible "Dream Team" que ganó la medalla de oro en los JJ.OO. de Barcelona'92. Después ejerció como entrenador de los Lakers en 16 partidos de la temporada 93-94 (con poco éxito, sólo 5 victorias) y en la 95-96 volvió a ponerse su camiseta para promediar 17,6 puntos, 6,9 asistencias y 5,7 rebotes durante 32 encuentros. El último, una derrota en Houston (102-94) que les eliminaba en la primera ronda de los playoffs, el 2 de mayo de 1996. Y hasta ahora, muchísimo mejor de salud que lo que temíamos aquel 7 de noviembre del 91 que nunca podremos olvidar.