366 HISTORIAS - NOVIEMBRE 30
Despedida prematura de Chus Codina (1990)
11/30/2016 - 9:29 AM
No tenía físico ni tiro. Pero sí muchas otras virtudes para ser un gran base: visión de juego, valentía, colocación... Y sobre todo capacidad de liderazgo y muchísimo carácter. Para bien y para mal. Jesús Codina (Segovia, 18/XII/1938-19/VI/1999) fue un icono del Estudiantes, entre otras cosas porque nunca quiso ir al Real Madrid, y triunfó como jugador y entrenador.
JUAN ANTONIO CASANOVA
De vuelta a Madrid la familia de Segovia, adonde se había trasladado por la Guerra Civil, jugó en el juvenil de su colegio, el Estudio, hasta que la directora lo disolvió por el espectáculo poco edificante de un famoso partido contra el Madrid en el que Pedro Ferrándiz ordenó a sus jugadores no tirar (no había límite de posesión) cuando su rival se puso en zona. El entrenador, Paco Hernández, y varios jugadores, entre ellos Chus y su hermano Javier, se fueron al Estudiantes, donde ya estaba su primo Leopoldo.
Con 19 años entró en el primer equipo, con 21 fue a los JJ.OO. de Roma (estuvo también en México'68 y en tres Europeos; 93 partidos en total en la selección, en la que no faltó algún episodio desagradable, por las desavenencias entre madridistas y estudiantiles) y en la temporada 62-63 fue clave en el primer título de Copa y el primer subcampeonato de Liga del club colegial, del que salió porque en Vigo le ofrecieron un trabajo como perito industrial. Jugó allí dos años y en 1965 fichó por el Picadero, que pretendía romper la hegemonía madridista. En vano, aunque Codina ganó allí otra Copa (1968) y fue dos veces más subcampeón de Liga.
Se retiró como jugador en 1973 y pasó a entrenar al Estudiantes. Lo dejó, "porque estaba cansado", a mitad de la temporada siguiente. Volvió en 1978, esta vez para tres años. En el último (80-81) logró un éxito histórico, el segundo subtítulo de Liga, tras el que él y los cinco titulares abandonaron el equipo. Se fue al Areslux de Granollers, con el que acabó tercero la Liga 82-83. Al finalizar la 86-87 intentó ascender al Cajamadrid de Primera B en los últimos partidos. Intento fallido, como en la campaña siguiente, tras lo cual decidió marcharse a la NCAA para ser entrenador ayudante en Missouri. En la novena jornada de la Liga 89-90 se hizo cargo del Cajabilbao, del que fue destituido el 30 de noviembre de 1990. Nunca volvió a entrenar. Jugó a tenis y a golf y fue comentarista de prensa y en TVE. Un cáncer acabó con él a los 60 años.