Durante dieciocho temporadas, que se dice pronto, el base John Stockton (Spokane, Washington 26/III/1962) formó en los Utah Jazz con el ala pívot Karl Malone (ver 5/XII) la pareja más fiel que haya conocido la historia del baloncesto. Stockton jugó siempre en el equipo que le había elegido en el puesto 16 del "draft" de 1984. Fueron 1.504 partidos en la primera fase y 182 de playoff. Cuando él se retiró, su compañero de toda la vida se fue a jugar una última temporada con los Lakers.
JUAN ANTONIO CASANOVA
La fidelidad de Stockton a los Jazz adquirió proporciones oficiales de récord un domingo, el 26 de noviembre del 2000, en el Palace de Auburn Hills (Michigan), cuando su equipo ganó por 79-94 a los Detroit Pistons, con un 12-31 en el último cuarto. Para el base, que jugó 31 minutos, falló sus cinco lanzamientos en juego y sólo consiguió 1 punto, de tiro libre tras una falta técnica, pero repartió 15 asistencias, era el partido 1.271, con lo que superaba el anterior récord de John Havlicek (Boston Celtics) de encuentros con el mismo equipo. El club rival le dedicó una breve ceremonia antes del choque, en el que Karl Malone sumó 24 puntos y Jerry Stackhouse, en el lado contrario, 37.
"El récord significa que he sido muy afortunado", declaró Stockton con la misma humildad que le hacía poner por delante el pase que el tiro. "Para llegar a esto han de salir bien muchas cosas. Te han de respetar las lesiones y has de tener un equipo que te quiera y en el que tú quieras estar".
"En mi opinión, es todo un hito", afirmó su entrenador, Jerry Sloan, que había llegado al equipo como ayudante poco después que Stockton. "Pocos jugadores de su talla [1,85 m] han sido capaces de mantenerse tanto tiempo en la élite. La razón es que le encanta jugar a baloncesto". La razón de que fuera diez veces "All Star" (y MVP en el de 1993 junto a... Karl Malone, naturalmente), dos miembro del equipo ideal, otras nueve del segundo o el tercero, nueve campañas consecutivas (de la 87-88 a la 95-96) líder en asistencias y dos líder en recuperaciones de balón. Y de que acabara su carrera con 3,1 y 10,5 asistencias de promedio por partido durante diecinueve temporadas (en diecisiete de ellas sin perderse un solo partido), a un nivel que llevó a Charles Barkley, compañero suyo en el "Dream Team" de Barcelona, a definirle como "el mejor base puro que ha jugado jamás a baloncesto".