Han pasado ya 66 años desde aquella temporada 1950-51, la segunda de la NBA ya con este nombre, y el baloncesto, como todo, ha cambiado muchísimo. Los tanteos más habituales andaban entonces por los setenta y ochenta puntos, pero el partido que el 22 de noviembre de 1950 jugaron los Minneapolis Lakers y los Fort Wayne Pistons en la pista del primero acabó con un resultado increíble: 18-19, tras un parcial de 1-3 en el último cuarto. El marcador más bajo de la historia de la competición.
JUAN ANTONIO CASANOVA
¿Qué sucedió? Los Lakers habían sido los campeones de las dos temporadas anteriores, incluida la última como BAA, en ambos casos con su estrella, George Mikan (ver 1/VI), que sería elegido mejor jugador de la primera mitad del siglo XX, como máximo anotador de la competición. Y también lo fue de aquella, con 28,4 puntos por encuentro, aunque el título se lo llevaron los Rochester Royals. Cuando los Pistons les visitaron, los Lakers llevaban 29 victorias consecutivas en casa, así que el entrenador de aquellos, Murray Mendenhall, ordenó a sus jugadores que ralentizaran el juego todo lo posible, y así lo hicieron después de ganar el salto inicial, pasándose y pasándose el balón entre los abucheos de los 7.021 espectadores. A veces hasta tres minutos seguidos. Hubo sólo ocho canastas en total, cuatro por bando (todas las de los Lakers, de Mikan), y la única del último cuarto valió la victoria. La logró cuando sólo quedaban 6 segundos un debutante, Larry Foust, superando la defensa de Mikan. Slater Martin falló en el último intento de los locales.
Oldham fue el máximo anotador de los vencedores, con 5 puntos. Con él se alinearon Armstrong (4), Schaus (3), Foust (3), Kerris (2), Hargis (2) y Harris (0). Los Lakers sólo emplearon cinco jugadores y únicamente tres anotaron algún punto. Casi todos (15) se los apuntó Mikan. Harrison sumó 2; Pollard, 1, y no se estrenaron Mikelsen ni Martin.
"Jugar de esta manera matará el baloncesto profesional. Si esto es baloncesto, yo no quiero formar parte de ello", declaró tras el encuentro el entrenador de los Lakers, John Kundla, evidentemente molesto, mientras su homólogo de los Pistons se defendía de las críticas: "¿Qué hay de malo en ello? Hemos ganado, ¿no?".
A pesar del escándalo por lo que algún diario definió como "una tragedia del deporte", la NBA tardó casi cuatro años en implantar el reloj de los 24 segundos, al comienzo de la temporada 1954-55.