Cuando en 1973 España organizó, en Barcelona y Badalona, el XVIII Campeonato de Europa, quedaba muy lejos y muy difuso el recuerdo de la medalla de plata que la selección había conseguido en la primera edición, en 1935.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Había pocos puntos en común entre uno y otro torneo y una de las diferencias fundamentales estaba en la cantidad y calidad de los competidores, así que soñar con otra medalla parecía sencillamente una utopía.
De entrada, dos equipos parecían estar claramente fuera del alcance del resto: una Yugoslavia en alza y, por supuesto, la URSS, que había ganado las ocho ediciones anteriores de los Europeos y diez de las once últimas. Por eso, cuando la selección que dirigía Antonio Díaz Miguel, al quedar segunda de su grupo tras una única derrota ante Yugoslavia, se vio emparejada en semifinales con los soviéticos, las cuentas más optimistas apuntaban a la posibilidad de lograr el bronce ante Checoslovaquia, que como se esperaba perdió su semifinal con Yugoslavia (96-71).
Pero el 4 de octubre de 1973 sería un día grande para el baloncesto español. La selección hizo un partidazo, sobre todo en la segunda parte, que comenzó perdiendo por 40-45. Buscató y Vicente Ramos jugando al contraataque, Miguel Ángel Estrada con rebotes y algunos encestes inesperados... Todos estuvieron inmensos, como la defensa, hasta conseguir una histórica remontada: del 50-61 del minuto 28 al empate a 70 (Estrada), el 72-70 (Buscató) y el 78-72 (tres canastas de Ramos) a dos minutos del final. España acabó venciendo por 80-76. Lo imposible era un hecho y el seleccionador y sus jugadores salieron a hombros del público que invadió la pista del Palacio de los Deportes de Barcelona.
Estos fueron los anotadores:
España: V. Ramos (16), Brabender (20), J.L. Sagi-Vela (0), Santillana (6), Luyk (8); Buscató (16), Rullán (4), Cabrera (2), M. Á. Estrada (8).
URSS: Miloserdov (5), S. Belov (16), Paulaskas (19), Boloshev (12), S. Kovalenko (10); Sakandelidze (0), Edeshko (6), E. Kovalenko (2), Diachenko (0), Pavlov (6).
"Hemos superado con creces cualquier pronóstico", afirmó Díaz Miguel después de un triunfo "que puede influir decisivamente en la promoción de nuestro deporte". Buscató, el capitán, a quien Raimundo Saporta recordó que "al podio se sube con el pie derecho", lo consideró "una sorpresa fuera de toda lógica" y anunció que después de la final (ver 6/X) se retiraría de la selección tras jugar 222 partidos. Fueron el récord hasta que Epi lo dejó en 239.