A.C. Green, el hombre de hierro (1985)
Le llamaban "Iron Man" ("El hombre de hierro"), como el héroe del cómic. Con razón. A.C. Green (Portland, Oregón, 4/X/1963), un ala pívot de 2,06 m., jugó 1.192 partidos consecutivos en la NBA, más que nadie en la historia, entre el 19 de noviembre de 1986 y el 18 de abril del 2001, y en total sólo se perdió tres encuentros (1.278 de 1.281) a lo largo de sus dieciséis temporadas.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Y no fue por lesión, sino por decisión de su entrenador, Pat Riley, en su segunda campaña en los Lakers, que le eligieron en el puesto 23 del "draft" de 1985. En la temporada 98-99 sólo hubo 50 partidos y en la 96-97 jugó uno más de los 82: 27 con Phoenix y 56 con Dallas. Tras una segunda etapa de un año en los Lakers (99-00, con un tercer título que sumar a los de 1987 y 1988), acabó su carrera en el 2001 en Miami. A la cuenta habría que añadir 153 encuentros de playoff.
A. C. (las mismas iniciales que llevaba su padre, sin ningún significado especial, que se sepa) Green jugó cuatro años en la universidad de Oregon State, de la que fue el segundo anotador y el cuarto anotador histórico, tras promediar 19,1 puntos y 9,2 rebotes en su última campaña, en la que fue elegido miembro del tercer equipo "All America".
El 26 de octubre de 1985 jugó su primer partido de liga con los Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar, que habían sido campeones la temporada anterior. No lo fueron aquel año, pero sí en los dos siguientes, en las que él superó el 50% de acierto en el tiro. Fue el máximo reboteador del equipo en seis de las ocho temporadas de su primera etapa y destacó también como un gran defensor, más rápido que fuerte.
Que sólo se perdiera tres partidos en toda su carrera es algo relevante en cualquier caso, pero más aún si se tiene en cuenta que durante muchos años le aquejó un hipo crónico que sólo remitía cuando hacía ejercicio y que en muchas ocasiones le impedía dormir más de dos horas seguidas. Jugó muchos días lesionado, con rampas, golpes en la cabeza o dos dientes rotos. Sobre todo al final de su carrera, lo que hizo decrecer sus promedios: 9,6 puntos y 7,4 rebotes en total. Era un tipo de carácter indomable y peculiar, profundamente religioso, que creó una fundación para impulsar la abstinencia sexual entre los jóvenes y presumió de mantener su propia virginidad durante toda su carrera en la NBA -pese a las tentaciones constantes de sus compañeros- hasta su boda, ya retirado y con 38 años. Un hombre de hierro, sí.