Primera jornada de la Liga ACB 2005-06. El DKV Joventut visita al Granada y vence por 72-82. La noticia de aquel sábado, 15 de octubre del 2005, llega a los 8m 57s del encuentro, cuando Aíto García Reneses, entrenador visitante, da descanso a su base titular, Elmer Bennett, y le sustituye por un niño que aún no ha cumplido los 15 años. Entre uno y otro jugador hay 21 de diferencia. De este modo, Ricky Rubio (El Masnou, Barcelona, 21/X/1990) se convierte, con 14 años, 11 meses y 21 días, en el más joven jugador de la historia de la ACB y, salvo error u omisión, de la Primera División española.
JUAN ANTONIO CASANOVA
El récord de precocidad lo tenía Ángel Rebolo, otro base, que en 1990 debutó en el Breogán con 15 años y 4 meses. A diferencia de Ricky, él no se asentó en la élite. Como tampoco Marc, el hermano mayor de aquel, que en la temporada 2004-05 había sido, con 16 años, el debutante más joven de la Penya.
Ricky, que estudiaba entonces cuarto de ESO, ya había jugado algún amistoso y ganado la Lliga Catalana, cubriendo la baja por lesión de Marcelinho Huertas. En Granada saltó tres veces a la pista, al final de otros tantos cuartos. Llevaba el número 32, no su 9 habitual, que lucía Paco Vázquez. Cinco minutos y 5 segundos en total, en los que convirtió uno de sus dos tiros, dio una asistencia, recuperó dos balones y le hicieron tres faltas, con un 5 de valoración. Para que pudiera jugar en el primer equipo (se entrenó con ellos por primera vez porque faltaba gente, y tuvieron que dejarle unas zapatillas) siendo todavía cadete, el Joventut tuvo que hacerle ficha de júnior, pues la reglamentación de la ACB prohibía dar dos saltos de categoría.
También estaba prohibido, en este caso por parte del club, que los jugadores que no eran séniors hicieran declaraciones, así que Ricky no pudo comentar nada sobre su debut. En su línea de magisterio, Aíto le recordaba tras el partido que "su obligación ahora es estar por los libros; que no tenga que estar pendiente del entorno, sino de hacer su trabajo".
"Me acojoné un poco", reconoció Ricky años después al recordar su debut, aunque en la rueda ya le había avisado Sito Alonso, ayudante de Aíto, de que estuviera preparado. "AsÍ que estaba esperando que Aíto me señalara. Se levantó un par de veces, pero no. Al final, sí. ¿Que cómo me sentí? Era más espectacular, con música y público, pero no dejaba de ser baloncesto, que es lo que yo quería hacer".