El Palau Sant Jordi, construido para Los JJ.OO. de Barcelona'92 (albergó las competiciones de gimnasia deportiva y rítmica y las finales de balonmano y voleibol, pero no el baloncesto, que tuvo su sede en Badalona), se estrenó con el IV Trofeo McDonald's en 1990. Y en el primer partido, el 11 de octubre, estuvo a punto de saltar una enorme sorpresa.
JUAN ANTONIO CASANOVA
Se enfrentaban el Scavolini de Pesaro y unos New York Knicks que estaban al comienzo de la pretemporada y lejos de su mejor forma. Aun así, todo iba según lo previsto en el segundo período: en medio del aburrimiento por unos parones excesivos para la costumbre europea, los favoritos dominaban por 42-28. Pero los italianos mejoraron mucho tras el descanso, se pusieron delante (78-80) con un triple de Cook y, ya en el último cuarto, llegaron a tener 5 puntos de ventaja (94-99). Entonces sí se entusiasmó el público, deseoso en su mayoría de vivir en directo una sorpresa histórica. El partido llegó a la prórroga (107-107) y en ella los seis primeros puntos fueron del Scavolini, pero siguió un 8-0 y después se pasó del empate a 115 al definitivo 119-115 para los Knicks, que se aferraron a Pat Ewing (34 puntos y 17 rebotes) para evitar el revolcón, mientras los dos americanos del rival, Cook y Daye, que habían jugado un partidazo, con 35 y 29 puntos respectivamente, acababan derrengados en el banquillo.
"Sabíamos que sería difícil, pero no tanto", confesó luego Ewing. "Se habría producido una situación un poco embarazosa si llegamos a perder", aceptó su entrenador, Stu Jackson. Dos días después, los Knicks se llevaban el trofeo al derrotar en la final al Pop'84 de Split por 117-101.
Hubo nueve torneos McDonald's, con estas sedes y vencedores: 1987, en Milwaukee, Milwaukee Bucks; 1988, en Madrid, Boston Celtics; 1989, en Roma, Denver Nuggets; 1990, en Barcelona, New York Knicks; 1991, en París, Los Angeles Lakers; 1993, en Munich, Phoenix Suns; 1995, en Londres, Houston Rockets; 1997, en París, Chicago Bulls; 1999, en Milán, San Antonio Spurs. Sí, siempre ganaron los representantes de la NBA, pero en tres ocasiones estuvo muy a punto de romperse el pronóstico: en aquella semifinal del Sant Jordi y en las finales del 89, con un 135-129 de los Nuggets ante el Jugoplastika de Split, y del 91, cuando los Lakers necesitaron alguna ayudita arbitral para vencer al Joventut de Badalona por un ajustadísimo 116-114.